


Durante la segunda mitad de 2024, el 10,1% de la población vivió en viviendas situadas en zonas inundables, según informó el INDEC. A su vez, un 6,3% de las personas habitó en cercanías de basurales, lo que expone un problema persistente en la calidad del hábitat urbano. El relevamiento fue realizado en 31 aglomerados urbanos de todo el país.
El informe muestra también que el 8,4% de los hogares se encuentra efectivamente en zonas inundables y el 5,4% cerca de basurales. Estas condiciones representan un riesgo sanitario y ambiental que aún afecta a millones. El 91,6% de los hogares, en cambio, se ubica en áreas no inundables.
En cuanto a la calidad de las viviendas, el 81,4% de los hogares habita en construcciones con materiales de calidad suficiente. No obstante, un 6,5% vive en condiciones habitacionales precarias y un 12,1% en viviendas con calidad parcialmente insuficiente. Esto refleja una deuda estructural persistente en urbanización y acceso a vivienda digna.
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El acceso a servicios públicos es otro punto crítico del informe. Si bien el 90,7% de los hogares cuenta con agua corriente, solo el 66,7% tiene gas de red y el 73,2% acceso a cloacas. El 45,7% de los hogares no accede a al menos uno de estos servicios.
En relación con la tenencia de las viviendas, el 60% de los hogares es propietario del terreno y la vivienda, y el 22% alquila. El 6,5% posee solo la vivienda, mientras que el resto accede a otros tipos de tenencia. Estos datos ayudan a entender los márgenes de vulnerabilidad habitacional.
El sistema de salud también muestra contrastes significativos. El 67,1% de la población accede a alguna cobertura formal, mientras que el 32,8% solo depende del sistema público. Esto representa a unos 9,7 millones de personas sin cobertura privada ni de obras sociales.
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La educación muestra altos niveles de asistencia en edad escolar, con un 97,7% de los niños y adolescentes escolarizados. Sin embargo, a partir de los 18 años, solo el 49% continúa sus estudios. En adultos mayores, el porcentaje de quienes no completaron el secundario sigue siendo elevado.
En el grupo de 25 a 29 años, el 23,2% no terminó el secundario, y la cifra asciende al 32% entre los de 30 a 64. Entre las personas de 65 años o más, el porcentaje sin título secundario supera el 50%. La brecha educativa se profundiza con la edad, mostrando secuelas de inequidades históricas.
El informe del INDEC traza una radiografía detallada de las condiciones de vida urbana en Argentina. Muestra avances en algunas áreas, pero también persistencias de exclusión y vulnerabilidad.
Fuente: NA.







