


La conmemoración del Día Internacional de la Lucha Contra el Maltrato hacia Niñas, Niños y Adolescentes, que se recuerda cada 25 de abril, fue el punto de partida para una profunda reflexión en el programa #MODO17, que recibió a la médica psiquiatra forense Vanina Botta y a la jueza penal Patricia Reyes, dos referentes que desde distintos ámbitos promueven espacios de formación y prevención sobre esta problemática persistente y dolorosa.


“El 25 de abril debe servir para visibilizar, pero no alcanza con una fecha: la lucha contra el maltrato infantil debe estar presente todo el año”, remarcó Reyes. Durante la entrevista se analizó la importancia de actuar desde la prevención, el rol de las instituciones educativas, y la necesidad de abordar la violencia infantil con enfoque interdisciplinario y compromiso social.
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Botta expuso cifras alarmantes: según UNICEF, mientras el 97 % de los adultos dice estar en contra del maltrato, más del 50 % de niños y adolescentes lo sufre dentro del hogar. Además, remarcó que las formas más comunes —y a menudo invisibles— no son solo físicas: negligencia, maltrato psicológico, abandono y abuso sexual infantil dejan secuelas severas y duraderas.
“Hay cambios cerebrales comprobados por estudios científicos en niños víctimas de violencia. Eso impacta en su salud mental desde edades muy tempranas”, explicó Botta. Entre las consecuencias, detalló la aparición precoz de trastornos como depresión, ansiedad, estrés postraumático, e incluso pensamientos suicidas. “En Argentina, uno de cada cinco adolescentes ha tenido pensamientos suicidas recientes”, alertó.
Las profesionales subrayaron la responsabilidad de la escuela como segundo espacio más frecuente, luego del hogar, donde pueden detectarse señales de alerta. “Muchos casos se inician por una denuncia de directivos o docentes que observan comportamientos preocupantes. Están legalmente habilitados para denunciar”, aclaró Reyes.
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También se discutió el rol de la comunidad: cualquier persona puede —y debe— alertar a las autoridades ante una sospecha fundada. “El silencio no protege a las víctimas. Denunciar es el primer paso para activar mecanismos estatales de protección”, afirmó la jueza, quien recordó su experiencia en fiscalías donde fueron los propios vecinos quienes iniciaron investigaciones.
Ambas coincidieron en que el sistema judicial suele intervenir cuando los daños ya están hechos. “La justicia muchas veces llega a la escena final de una historia que lleva años de violencia. Necesitamos herramientas que nos permitan actuar antes”, explicó Reyes.
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El conversatorio que se organizó en ese marco reunió a profesionales del ámbito legal, de la salud, la educación y también a sobrevivientes de abuso, aportando una mirada multidisciplinaria y comprometida. La propuesta es replicar estas instancias en más espacios, con participación abierta y gratuita.
“No debe haber peor combinación que el maltrato y la soledad”, expresó Botta al cierre, llamando a fortalecer las redes de contención. “Difundir, hablar, actuar y acompañar puede hacer una diferencia. Y salvar vidas”.









