Cosecha de yerba.
La yerba mate atraviesa una crisis sin precedentes. La producción cayó más del 30% durante el primer trimestre del 2025. El panorama preocupa a productores, cooperativas y trabajadores rurales.
Corrientes y Misiones frenaron la cosecha. Los productores decidieron no levantar la hoja verde. La medida responde a la inviabilidad económica que enfrentan desde hace varios meses.
El kilo de hoja verde se paga entre $230 y $300. Ese valor no cubre los costos de producción. Ni siquiera alcanza para sostener los gastos operativos básicos de las chacras.
La cosecha registró niveles históricos de baja. Enero, febrero y marzo dejaron números alarmantes. La actividad rural se redujo drásticamente en zonas clave del Litoral.
Los pagos llegan con plazos extendidos. Los compradores ofrecen entre 60 y 90 días. Algunos pactan en 12 cuotas sin interés. Los yerbateros no pueden sostener esa espera.
Los trabajadores rurales no lograron continuidad. La falta de cosecha afecta a tareferos y cosecheros. Muchas familias quedaron sin ingresos durante semanas completas.
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Las ventas internas también bajaron. Según el INYM, cayeron 11% durante 2024. Se comercializaron poco más de 238 millones de kilos. Es el volumen más bajo desde 2016.
La caída interanual fue de casi 25 millones de kilos. El consumo no repuntó pese al hábito histórico. El mate sigue presente, pero con menos compras por hogar.
Las exportaciones fueron el único dato positivo de 2024. El sector envió al exterior más de 41 millones de kilos. Eso representó un aumento del 13% frente al año anterior.
En 2025 las exportaciones también bajaron. El INYM informó una caída entre el 15% y el 16%. El fenómeno se relaciona con la falta de oferta por la crisis de cosecha.
El mercado interno no logró recuperación. La inflación y la pérdida de poder adquisitivo afectaron al consumo popular. El paquete de yerba ya no entra en todas las compras del mes.
Los pequeños productores son los más golpeados. No cuentan con reservas financieras. No tienen espalda para esperar pagos o negociar mejores precios.
Las cooperativas también enfrentan dificultades. Algunas paralizaron el acopio. Otras redujeron personal. La falta de hoja impacta en los balances de toda la cadena.
La industria molinera empieza a sentir el impacto. Sin materia prima, algunas plantas trabajan por debajo de su capacidad. El desfasaje genera incertidumbre en todo el sector.
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Los tareferos están sin trabajo. Son miles en Misiones y Corrientes. Sin corte, no hay jornales. Muchas cuadrillas regresaron a sus pueblos sin tareas.
La actividad rural perdió dinamismo. Las ferias, los talleres y los encuentros se suspendieron. Todo el movimiento yerbatero entró en pausa forzada.
Las chacras están sin actividad visible. El verde de las plantaciones contrasta con el silencio productivo. La hoja no se mueve. El mate espera.
Los productores piden una solución urgente. Solicitan precios mínimos oficiales y políticas de financiamiento. Reclaman presencia del Estado y medidas concretas.
El INYM busca herramientas para sostener al sector. Analiza mecanismos para actualizar precios. También gestiona créditos y apoyo técnico. Las respuestas aún no llegan.
El gobierno nacional sigue sin medidas específicas. Hasta ahora no hubo anuncios. El tema no figura en la agenda económica oficial. Los yerbateros se sienten solos.
Las organizaciones del sector preparan movilizaciones. Algunos anticipan tractorazos. Otros convocan a reuniones en plazas. La protesta se empieza a gestar en voz baja.
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El consumo de yerba mate es una tradición. Forma parte de la identidad argentina. Pero los números actuales reflejan una pérdida de lugar en la mesa diaria.
El precio al público subió sin control. El paquete de medio kilo se vende entre $1.400 y $2.000. Los aumentos desalientan al consumidor.
La relación precio-origen es despareja. El productor cobra $250. El consumidor paga hasta ocho veces más. El margen queda en la cadena de distribución.
Las marcas grandes dominan el mercado. Acaparan góndolas, fijan precios y regulan oferta. Las cooperativas luchan por subsistir con menores recursos.
Las zonas rurales pierden empleos. El parate de cosecha afecta toda la economía regional. El comercio, el transporte y los servicios sufren consecuencias.
Misiones lidera la producción nacional. Junto a Corrientes concentran más del 90% de la yerba mate. Las dos provincias atraviesan la misma crisis.
La cultura del mate está en riesgo. No por falta de consumo, sino por desprotección al que produce. El problema es de base, no de costumbre.
Los productores piden políticas de fondo. No quieren subsidios, sino condiciones justas. Reclaman precios reales y mecanismos de pago dignos.
La crisis yerbatera se instaló en 2025. Si no hay respuestas, puede agravarse en invierno. El mate, símbolo nacional, necesita respaldo para seguir en pie.
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