Enrique Kaltenmaier, secretario electoral federal.
En Chubut hay actualmente 17 partidos políticos habilitados en el ámbito nacional. La lista, ya publicada por este diario, se mantiene vigente hasta el 31 de marzo de este año. La cifra incluye a sellos de variado perfil ideológico, aunque la mayoría responde a tradiciones filoperonistas o justicialistas. El resto se reparte entre fuerzas oficialistas, expresiones de izquierda y nuevas propuestas liberales o libertarias que ganaron protagonismo desde 2023.
El Partido Justicialista, conducido por Gustavo Fita, encabeza el lote de espacios tradicionales. Conserva estructura territorial, fuerte presencia sindical y vínculos con sectores del movimiento obrero. Lo siguen el Partido de la Victoria, vinculado al kirchnerismo y con referentes como Emanuel Coliñir, y el Partido de la Cultura, la Educación y el Trabajo, herramienta electoral del sindicato de Camioneros que lidera Jorge Taboada.
El partido de Taboada, que nació como expresión gremial, hoy mantiene diálogo fluido con el gobernador Nacho Torres. La cercanía con el oficialismo provincial sorprendió a algunos sectores peronistas, pero responde a una estrategia de posicionamiento sindical más amplia. En ese mismo campo también aparece Chubut Somos Todos, una alianza entre sectores del dasnevismo y parte del arcionismo, presidida por Máximo Pérez Catán.
El Frente Renovador continúa en carrera con sello propio. Aunque Mariano Arcioni representa su cara más visible en la provincia, la conducción práctica del espacio recae en Alejandro Sandilo y Vanesa Abril. La relación entre el massismo chubutense y otros sectores del peronismo mantiene altibajos, con alianzas ocasionales y disputas de fondo por el electorado del Valle.
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Otro actor clave es el partido Primero Chubut, promovido por los hermanos Ricardo y Gustavo Sastre. Esta herramienta política se consolidó en los últimos años como una alternativa municipalista con ambiciones provinciales. Su centro de operaciones está en Puerto Madryn, pero la influencia del proyecto crece en la cordillera y zonas urbanas con peso electoral.
El oficialismo provincial, liderado por Nacho Torres, articula su estrategia dentro del frente Despierta Chubut. Esta alianza incluye a la UCR y al PRO, pilares de la coalición que gobierna la provincia desde diciembre. Aunque no figura todavía como partido habilitado, se espera que el sello “Despierta Chubut” obtenga personería en los próximos meses.
Dentro de los partidos habilitados también sobreviven fuerzas tradicionales con menor volumen político. El GEN de Oscar Petersen, el Partido Acción Chubutense (PACh) y el Partido Independiente del Chubut (PICh) siguen figurando en los registros nacionales, aunque sin presencia fuerte en el mapa actual. Se sostienen por su historia, pero sin incidencia visible.
La izquierda también conserva su espacio institucional en Chubut. El Partido del Trabajo y del Pueblo (PTP), el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) y el Partido Obrero (PO) aparecen en la nómina oficial. Estas agrupaciones suelen competir en elecciones legislativas, aunque no logran representación efectiva en el ámbito provincial.
El fenómeno libertario también tiene presencia en la lista de partidos. La Libertad Avanza (LLA) figura como espacio habilitado, impulsado por el impacto nacional de Javier Milei. A su lado se suma el Partido Libertario, que mantiene agenda propia y diferencias internas respecto de la conducción nacional. Ambos buscan capitalizar el voto joven y antipolítico.
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El Partido Socialista Auténtico completa el mosaico de partidos reconocidos. Su historia está vinculada a luchas sindicales, ambientales y comunitarias. Aunque sin representación parlamentaria, el PSA sostiene presencia simbólica y articula con organizaciones sociales.
A los partidos habilitados se suman iniciativas en trámite. En los próximos meses podrían oficializarse nuevas herramientas políticas, según adelantaron fuentes judiciales y dirigentes territoriales. Se espera la formalización del partido del gobernador Torres, con el nombre Despierta Chubut como eje rector.
El poderoso sindicato de Luz y Fuerza también impulsa su propio espacio. Con el respaldo de sectores empresarios, se especula sobre una posible incorporación al frente oficialista, aunque todavía no hay definiciones públicas al respecto. Sería una novedad dentro del mapa de alianzas provinciales.
En Puerto Madryn, Unidos y Organizados trabaja en la conformación de una propuesta progresista. El objetivo es nuclear sectores de izquierda dentro del peronismo, pero por fuera del PJ tradicional. Este proyecto busca canalizar demandas sociales sin quedar atrapado en las estructuras partidarias convencionales.
El madernismo aparece como actor en retirada. Luego de una gestión muy cuestionada en Trelew, las chances de crear un nuevo partido provincial parecen escasas. La ciudad quedó sumida en una crisis económica e institucional que limita cualquier intento de resurgimiento político.
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Los rumores sobre la posible resurrección del Provech volvieron a sonar. Este espacio, con pasado legislativo, intenta recuperar identidad local. Todavía no presentó la documentación requerida, pero la sola mención activó especulaciones en la zona del Valle y la cordillera.
El escenario político chubutense muestra una fuerte fragmentación. La coexistencia de 17 partidos habilitados, sumada a la proliferación de nuevas iniciativas, refleja la ausencia de hegemonías claras y la competencia constante por representación y visibilidad territorial.
El peronismo aparece dividido en varias vertientes. Mientras algunos sectores siguen con el PJ institucional, otros optan por sellos propios. El kirchnerismo, los sindicalistas, los exgobernadores y los intendentes construyen desde espacios distintos.
El oficialismo busca consolidar su identidad bajo la marca Despierta Chubut. La estrategia apunta a fusionar estructura, gestión y territorialidad en un único armado. La figura de Torres ordena, pero el proceso recién empieza.
La izquierda sobrevive con militancia activa, aunque sin volumen electoral suficiente. Participa de las discusiones públicas, aunque no logra superar el piso de representación legislativa.
El fenómeno libertario sigue en expansión. La experiencia nacional de Milei impactó en Chubut y generó adhesión espontánea en algunas localidades. El desafío será convertir esa simpatía en estructura electoral real.
Los sectores sindicales muestran ambiciones políticas propias. Camioneros y Luz y Fuerza se posicionan como actores con herramientas partidarias. Buscan peso institucional más allá de la protesta o la negociación paritaria.
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