


Una violenta pelea entre adolescentes ocurrió este fin de semana que pasó en el barrio Pueyrredón y generó una fuerte preocupación en la comunidad. El hecho se viralizó a través de un video que muestra a un grupo de jóvenes golpeándose con brutalidad.


Según relataron los vecinos, los involucrados serían adolescentes provenientes de los barrios José Fuchs y 30 de Octubre, y habrían pactado el enfrentamiento a través de redes sociales. Las plataformas digitales se convirtieron en el canal para coordinar hora y lugar.
La secuencia desató un fuerte repudio vecinal y forzó la intervención de las fuerzas de seguridad. El comisario Raúl Jones, segundo jefe de la Unidad Regional, confirmó que se activó un procedimiento interno para esclarecer lo ocurrido.
Jones explicó que la Unidad trabajó en conjunto con la jefatura de la Seccional Tercera y el Centro de Monitoreo, con el fin de identificar a los adolescentes involucrados y determinar con precisión cuándo ocurrió la pelea. La investigación se centra en revisar registros y cámaras de vigilancia.
Un dato que llamó la atención fue una publicación que circuló junto al video. En ella, una persona aseguró haber llamado a la comisaría sin recibir respuesta.
El comisario indicó que esa situación generó inquietud dentro de la fuerza, y que se revisará si efectivamente hubo una llamada no atendida. “Es algo que internamente tenemos que averiguar”, expresó Jones.
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Desde la Seccional Tercera informaron que no se recibió ningún llamado en el horario estimado del video. Tampoco hubo reportes similares durante el fin de semana según los registros oficiales.
Jones solicitó a la persona que afirmó haber llamado que se acerque a la comisaría para brindar más detalles. “Nos interesa establecer el día y la franja horaria exacta del hecho”, señaló.
La policía considera que la colaboración ciudadana es clave para avanzar con la investigación. Los datos aportados por testigos pueden ayudar a confirmar los hechos.
Más allá de las averiguaciones internas, la policía decidió reforzar la presencia en los barrios. El patrullaje será más frecuente durante los fines de semana, especialmente en zonas con antecedentes de conflictos.
El comisario aseguró que se trata de una medida preventiva, y que el objetivo principal es evitar que estos hechos vuelvan a repetirse. “Vamos a realizar un abordaje preventivo”, declaró.
Ese abordaje incluirá un trabajo más estrecho con las escuelas de la zona. La policía comunitaria ya inició contactos con instituciones educativas para ofrecer charlas.
Jones explicó que este trabajo tiene un carácter primario y anticipatorio. “Lo que se busca es intervenir antes de que ocurran los hechos”, sostuvo.
Durante esas actividades se abordarán las consecuencias sociales y legales de estos actos violentos. El objetivo es que los adolescentes comprendan los riesgos que implican estas peleas organizadas.
Muchos de estos enfrentamientos se producen sin que los jóvenes midan el impacto. Las redes sociales multiplican el alcance y la exposición de los actos de violencia.
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La policía considera que el trabajo educativo es fundamental para generar conciencia. Por eso, no solo actuarán en el momento de los hechos, sino también en la prevención.
Desde la fuerza destacan el rol activo que puede cumplir la comunidad. La presencia de adultos responsables, docentes y vecinos puede marcar la diferencia.
Jones señaló que se reforzará el vínculo entre la policía y las familias. La confianza y la comunicación son claves para intervenir a tiempo.
Además de la vigilancia territorial, se buscará una intervención más integral. El trabajo no se limitará al patrullaje, sino que incluirá una mirada social.
Los enfrentamientos pactados entre adolescentes no son nuevos, pero el nivel de violencia ha crecido. La exposición mediática también potencia el efecto contagio.
Por eso, las autoridades consideran urgente actuar en múltiples frentes. Combinar el control policial con herramientas educativas es la línea trazada.
En los próximos días se implementarán rondas de patrullaje específicas. También se convocará a los directivos escolares para planificar acciones conjuntas.
Los vecinos pidieron más controles desde que se conoció el video. Muchos expresaron su temor de que estas peleas se repitan cada fin de semana.
La policía busca evitar que este tipo de enfrentamientos se normalicen. La prioridad es detener el ciclo de violencia antes de que escale.
Las acciones incluirán monitoreo, encuentros con padres y charlas en las escuelas. Se abordarán temas como la violencia entre pares, el uso de redes y la responsabilidad penal.
El municipio también analiza medidas para acompañar el abordaje. Podrían sumarse equipos de contención y programas de convivencia escolar.
El caso dejó en evidencia el poder de las redes para amplificar hechos violentos. Pero también para alertar y permitir una rápida intervención institucional.
Jones insistió en la necesidad de actuar colectivamente. “Queremos evitar que esto vuelva a pasar”, remarcó al cierre de sus declaraciones.











