

Un empresario propuso que el sector privado repare la ruta 40 y generó apoyo en San Juan
Actualidad22/05/2025

La Ruta Nacional 40 une dos provincias clave. El tramo entre Mendoza y San Juan se encuentra en mal estado. Los reclamos se acumulan. Las demoras, los desvíos y la inseguridad vial generan preocupación en transportistas e industriales.


Mauricio Badaloni lanzó una idea poco habitual. El empresario mendocino propuso que los sectores privados de ambas provincias tomen la posta y financien la obra. La propuesta se conoció a través de una entrevista con el diario El Sol.
Badaloni es dueño de Andesmar. También integra el Comité Ejecutivo de la Unión Industrial Argentina. Se lo vincula con inversiones recientes en medios sanjuaninos. Tendría alianzas con empresarios como Joaquín Barbera, del Grupo Broda.
La iniciativa aparece en un contexto particular. El gobierno de Mendoza decidió hacerse cargo de tres rutas nacionales. Las arreglará con fondos provinciales y recuperará lo invertido a través de peajes.
En cambio, Badaloni propuso que la plata la pongan las empresas. “Queremos ver si entre los empresarios de las dos cabeceras se pueden poner de acuerdo y pedirles a los gobernadores hacerla”, afirmó.
Planteó que el Estado se corra de ese tipo de tareas. Según su mirada, el sector privado puede liderar proyectos de envergadura si existen reglas claras y condiciones previsibles.
La idea no cayó mal en San Juan. Ricardo Palacios, presidente de la Unión Industrial de esa provincia, consideró que “no es una mala idea” y que “ya se viene hablando” entre empresarios.
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Palacios destacó la importancia de la ruta. “Es fundamental para la salida al Pacífico de nuestros productos”, expresó. Dijo que se podrían comprometer los sectores que más la utilizan.
El industrial sanjuanino también apuntó al desequilibrio. Aseguró que San Juan avanzó más que Mendoza en las obras viales de ese tramo. La situación actual, dijo, perjudica la logística de toda la región.
Badaloni propuso crear un fideicomiso abierto. Cualquier ciudadano podría participar. La idea es generar compromiso social con el proyecto. “Imaginate decir: ‘yo puse una parte para hacer esa ruta’”, soñó.
Dijo que hay empresas dispuestas a colaborar. Afirmó que algunas firmas constructoras atraviesan momentos críticos. La obra podría reactivarlas y crear empleos de calidad.
Resaltó que la transparencia será clave. “Con reglas claras y números serios, el interés aparece”, sostuvo. Aseguró que la Ruta 40 es vital y no puede seguir deteriorada.
La propuesta apunta a un nuevo modelo. No solo reclama participación del sector privado. También propone una articulación más madura entre lo público y lo empresarial.
Badaloni planteó que las cámaras empresarias lideren el proceso. Cree que deben involucrarse en los proyectos estratégicos. Propuso una visión de futuro basada en compromiso y responsabilidad.
El proyecto de doble vía lleva años de postergaciones. En Mendoza, la obra se frenó con solo un 25% de avance. En San Juan hubo avances parciales.
El bypass fue pavimentado hace poco. Pero no resuelve el problema estructural del tramo principal. Es solo un desvío que funciona como paliativo.
El gobernador mendocino criticó la situación. Alfredo Cornejo habló de “vergüenza”. Responsabilizó a Vialidad Nacional. Asumió el mantenimiento de rutas nacionales con fondos propios.
Planea cobrar peaje para recuperar lo invertido. La medida generó debate en otras provincias, donde observan con atención esta nueva modalidad.
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En San Juan también hubo entusiasmo. Camioneros y representantes de la construcción ven con buenos ojos replicar el esquema. Lo consideran viable y urgente.
El Tramo 2 de la Ruta 40 fue reactivado en 2024. Lo hizo el gobernador Orrego, tras un acuerdo con el BID. Actualmente se ejecutan trabajos en la zona norte de la capital.
Sin embargo, dos tramos aún no tienen fecha. La falta de perspectivas frustra a los usuarios. La ruta sigue fragmentada y peligrosa en varias secciones.
La propuesta empresaria busca desbloquear el estancamiento. Pide involucramiento directo del sector privado y ofrece herramientas como el fideicomiso para viabilizar la obra.
Badaloni asegura que la industria puede liderar. Sostiene que el empresariado argentino tiene capacidad técnica y financiera para afrontar este tipo de desafíos.
La falta de obras compromete la competitividad regional. San Juan necesita rutas seguras para exportar a Chile y al mundo. La Ruta 40 es clave en esa logística.
El debate pone en discusión el rol del Estado. ¿Debe financiar todo, o solo acompañar? ¿Puede el privado construir infraestructura sin perder legitimidad?
La articulación público-privada aparece como alternativa. Pero requiere planificación, control y acuerdos claros entre las partes. No alcanza con la voluntad individual.
El contexto económico limita el gasto estatal. La recesión, la inflación y los recortes dificultan nuevas inversiones públicas. Por eso la propuesta tomó fuerza.
La Ruta 40 simboliza un problema estructural. Une regiones, conecta economías y muestra las grietas de la planificación nacional. El deterioro no puede esperar más.
Los próximos pasos dependerán del interés real. Si las cámaras empresarias avanzan, la ruta podría tener otra oportunidad. Del consenso entre provincias y privados saldrá la clave.









