

El mensaje, la sangre y la carta: las claves del horror en Villa Crespo
Policiales23/05/2025

Una hoja blanca manchada de sangre, con frases escritas de forma temblorosa y sin aparente coherencia, se convirtió en el nuevo centro de la investigación por la masacre de Villa Crespo. El papel, hallado en la cocina del sexto piso del edificio ubicado en Aguirre 295, es atribuido a Laura Fernanda Leguizamón, la mujer de 50 años que está acusada de haber asesinado a su esposo y a sus dos hijos adolescentes.


Según confirmaron fuentes del caso, la carta presenta un trazo irregular que sugiere un estado emocional alterado. La tinta negra, aplicada con fuerza desigual, combina letras cursivas e imprenta. En el centro de la hoja, parcialmente cubierta de sangre, se lee: “Íbamos a la calle”, una frase que resalta tanto por su ubicación como por su significado enigmático.
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Alrededor de ese mensaje, hay expresiones sueltas como “Fue mucho. Los amo, lo siento”, “todo mal, muy perverso”, y “les arruinaba la vida”. Los investigadores no descartan que algunas frases hayan sido escritas en momentos distintos, lo que abre interrogantes sobre si la nota fue redactada antes o después de los crímenes.
El testimonio de la hermana de Leguizamón y de la empleada doméstica que descubrió los cuerpos refuerzan la hipótesis de un desequilibrio psíquico severo. Ambas señalaron que la mujer se mostraba “distinta” en las semanas previas y que habría interrumpido su medicación. En el departamento, la policía secuestró cajas vacías de sertralina, midax y olanzapina, medicamentos usados para tratar depresión, psicosis y esquizofrenia.
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Uno de los elementos más inquietantes es que, en el margen inferior de la hoja, la mujer anotó lo que sería el patrón de desbloqueo de su celular: “Mi tel es ‘L’”. También habría escrito las claves de acceso a los teléfonos de su esposo y sus hijos. Peritos buscan determinar si estas anotaciones tenían como fin facilitar el acceso posterior a los dispositivos o si fueron escritas en un estado de desconexión total con la realidad.
Para reforzar el análisis caligráfico, se secuestraron carpetas escolares de los adolescentes y una lapicera para identificar huellas dactilares. Los resultados serán claves para determinar si la carta fue escrita de puño y letra por Leguizamón y si efectivamente revela un cuadro de deterioro mental previo al crimen.
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La Justicia investiga ahora si la mujer actuó bajo un brote psicótico o si la masacre fue planificada en un contexto de desesperación y delirio. La carta, lejos de cerrar la historia, abre nuevas preguntas sobre los motivos, el momento exacto de los hechos y el grado de lucidez con que fueron ejecutados.
Fuente: Infobae, Clarín, La Nación, Mitre









