


Miguel Alejandro Vargas Nehuén, de 29 años, fue detenido en Chile el pasado 3 de mayo tras permanecer prófugo por más de dos semanas. Estaba imputado por el femicidio de Ana Calfín, ocurrido en agosto de 2023 en Esquel, y debía presentarse el 15 de abril ante la Justicia para la audiencia en la que se definiría su condena. Sin embargo, al llegar a su domicilio, donde cumplía prisión domiciliaria, la policía descubrió que se había fugado.


La fuga del imputado activó de inmediato un operativo regional de búsqueda que incluyó el pedido de colaboración internacional. A través de una acción coordinada entre la División Policial de Investigaciones (DPI) de Esquel e Interpol Chile, Vargas fue finalmente localizado y capturado en territorio chileno. Su paradero había sido un misterio desde mediados de abril, generando alarma tanto en la comunidad como entre las autoridades judiciales.
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Actualmente, Vargas Nehuén permanece bajo custodia en Chile, a la espera del juicio de extradición. La fiscal del caso, Rafaella Ríccono, confirmó que el proceso ya está en marcha. Tanto ella como el juez Jorge Novarino presentaron la documentación correspondiente ante la Cancillería argentina para formalizar el pedido de traslado. El objetivo es que el acusado comparezca ante los tribunales de Esquel y reciba una condena acorde a la gravedad del hecho.
El caso conmovió a la sociedad esquelense desde el primer momento. El 6 de agosto de 2023, Vargas habría rociado con combustible y prendido fuego a Ana Calfín, una mujer de 37 años. La víctima fue trasladada en estado crítico al hospital zonal, donde permaneció internada en terapia intensiva durante casi dos semanas. Finalmente, el 18 de agosto, falleció como consecuencia de las graves quemaduras sufridas.
Desde entonces, familiares y allegados de Calfín impulsaron una fuerte campaña en reclamo de justicia. El femicidio de Ana no solo estremeció a Esquel, sino que se convirtió en un emblema de la lucha contra la violencia de género en la región. “Queremos justicia por Anita”, repiten sus familiares, quienes hoy siguen con atención cada paso del proceso judicial, esperando que el acusado sea juzgado y condenado a prisión perpetua.
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El momento de la fuga, justo antes de la audiencia de determinación de pena, generó indignación en sectores sociales y políticos que cuestionaron los beneficios otorgados a Vargas. Cumplía prisión domiciliaria en lugar de estar alojado en un penal, lo que facilitó su escape. La falta de controles efectivos durante ese período quedó en el centro del debate público.
La fiscal Ríccono aseguró que todas las instancias judiciales actuaron conforme a lo establecido por la ley, pero reconoció que el sistema deberá revisar protocolos para evitar nuevos casos similares. El caso volvió a poner en discusión el alcance de la prisión domiciliaria en delitos graves, especialmente cuando se trata de hechos de violencia extrema.
Por ahora, las autoridades argentinas aguardan la resolución del juicio de extradición, que podría demorar varias semanas. En ese período, Vargas seguirá detenido en Chile. Una vez autorizado el traslado, será puesto a disposición de la Justicia de Esquel para continuar con el proceso penal pendiente.
Fuente: Red 43











