


A 31 años de haber comenzado como bombero voluntario en Puerto Madryn, Miguel Alosegui habló con #MODO17 por #LA17 desde Esquel, donde continúa prestando servicio. “Ser bombero se lleva en el corazón”, dijo con emoción durante la entrevista, en la que repasó su vida, su formación y los últimos incendios forestales que enfrentó junto a colegas de toda la provincia.


La charla fue un homenaje extensivo a quienes arriesgan todo cada día, más allá de emergencias puntuales o fechas conmemorativas. Alosegui recordó que ingresó en 1994, poco después de la tragedia que marcó la historia del cuartel de Madryn. “Me interesó desde muy chico, y desde entonces nunca me alejé”, contó.
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La entrevista también repasó los incendios que azotaron la cordillera este verano. Alocegui relató cómo aprovechó sus días de licencia para sumarse al combate de focos activos en Epuyén y Nahuelpan. “Trabajamos sin dormir, con grupos de seis a diez bomberos distribuidos en diferentes puntos, cuidando que el fuego no llegara a las viviendas”, explicó.
Desde su rol actual como bombero en Esquel, reconoció que hay mucho por mejorar en materia de prevención. “Todavía se provocan daños evitables por quemas o descuidos”, lamentó. Sin embargo, rescató la unión entre cuarteles de diferentes localidades, que viajan y colaboran en cada emergencia. “Nos conocemos hace años, eso fortalece mucho el trabajo en equipo”, valoró.
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Alosegui también explicó la importancia de las guardias de cenizas y las reuniones posteriores a los grandes incendios. “Evaluamos lo que se hizo, lo que falló y lo que se puede mejorar”, señaló, destacando la profesionalización que exige la tarea, más allá del carácter voluntario.
Sobre su futuro, fue contundente: “Hay muchos años más todavía para ser bombero”. Aunque hace tiempo que no regresa a Madryn, no olvida sus raíces ni a sus colegas. Aprovechó el contacto para enviar un saludo a todos los bomberos de Chubut y del país.
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La producción de #MODO17 destacó que “no se trata solo de homenajear con palabras, sino de escuchar a quienes hacen de la vocación un modo de vida”. Y Miguel Alosegui, con su historia, es un reflejo de ese compromiso.






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