


Cada 5 de junio el planeta pide una pausa. La fecha recuerda la apertura de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano en 1972 y apunta a sensibilizar a millones de personas sobre el cuidado del entorno.


Este año, el lema global será “Una sola Tierra”. La consigna busca mostrar que no existe un plan B ni planeta alternativo. La crisis climática avanza y los efectos se notan cada vez más en la vida diaria.
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El calentamiento global no se detiene. Sequías prolongadas, tormentas más intensas y pérdida de biodiversidad se vuelven frecuentes. La campaña 2025 llama a la acción desde lo cotidiano y con gestos simples.
Ahorrar agua es una de las prácticas más urgentes. Duchas breves, cerrar el grifo y usar bien la lavadora son acciones que permiten conservar el recurso más escaso y vital del planeta.
Separar la basura también suma. Clasificar papel, cartón, plásticos y residuos orgánicos mejora la reutilización y reduce el impacto de los desechos. El reciclaje empieza en casa.
OTRAS NOTICIAS:
Evitar plásticos de un solo uso marca la diferencia. Las botellas descartables y los sorbetes son de los objetos más contaminantes. “Cada año, ocho millones de toneladas de plástico llegan al océano”, advierte la ONU.
Cambiar hábitos no exige grandes sacrificios. Reutilizar envases, compostar restos de comida o elegir productos duraderos son decisiones que transforman. El cambio empieza por uno mismo.
OTRAS NOTICIAS:
Las acciones individuales tienen efectos colectivos. Cada gesto cuenta y cada elección impacta en el equilibrio de los ecosistemas. La emergencia ambiental no se resuelve con discursos sino con hechos.
“Una sola Tierra” no es un eslogan, es un límite. “No podemos continuar como si nada ocurriera”, advierten desde Naciones Unidas. El 5 de junio no solo se celebra: se escucha, se actúa, se cuida.









