
El oleoducto Vaca Muerta-Punta Colorada avanza tres meses adelantado
Actualidad12/06/2025


El megaproyecto Vaca Muerta Oil Sur (VMOS) avanza más rápido de lo previsto. Horacio Marín, presidente y CEO de YPF, aseguró que el oleoducto registra un adelanto de tres meses sobre el cronograma original, lo que marca un hito para la industria energética nacional.

El avance genera entusiasmo, pero también nuevas advertencias. “El cuello de botella es la terminal portuaria”, explicó Marín durante su presentación en las Jornadas de Energía organizadas por el Diario Río Negro. El componente clave se construye fuera del país y tiene plazos más extensos.
El oleoducto progresa sin inconvenientes gracias a empresas con experiencia. Las compañías contratadas ya trabajan con ritmo sostenido y muestran eficiencia en cada etapa. El trazado de la obra avanza con equipos que conocen el terreno y aplican soluciones inmediatas en campo.
El objetivo operativo contempla una puesta en marcha por fases. La primera etapa comenzaría en el segundo semestre de 2026, con una capacidad inicial de 180.000 barriles diarios, y se ampliará progresivamente hasta duplicar esa cifra en un plazo de pocos meses.
Para 2027, la meta es alcanzar una capacidad asegurada de 500.000 barriles por día. La infraestructura permitirá abastecer mercados externos y responder a la creciente demanda de crudo liviano. El diseño técnico permite seguir escalando con bombeo adicional.
Las estimaciones más altas proyectan 800.000 barriles por día. “Con estaciones de bombeo adicionales podríamos llegar a 700.000 barriles, y con producción por fricción incluso a 800.000”, detalló Marín. Esos volúmenes transformarían el mapa energético y comercial del país.
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Con esas cifras, las exportaciones superarían los 20.000 millones de dólares anuales. El país pasaría a ocupar un lugar de mayor relevancia en el comercio internacional de hidrocarburos, con una plataforma exportadora robusta y en expansión.
El financiamiento del VMOS también marcó un hito en la industria. Un crédito de 1.700 millones de dólares será inyectado en el corto plazo, bajo la modalidad de project finance, una herramienta poco utilizada en proyectos energéticos argentinos.
Los fondos llegarán a fin de mes según lo anunciado. “Hay un sindicato de muchos bancos, incluso algunos que no invertían en el país desde los años noventa”, subrayó Marín. La operación demuestra confianza en la capacidad de repago y en el potencial del sector.
El acuerdo incluye a múltiples operadores privados. A diferencia de experiencias anteriores, el proyecto no depende exclusivamente del Estado. “Es el primer proyecto hecho por todos los operadores, no por el Estado”, remarcó Marín ante los principales referentes del sector.
El modelo colaborativo no era habitual en el país. Esta experiencia inaugura una nueva forma de pensar la infraestructura energética, con articulación horizontal, liderazgo empresarial y reglas claras para el financiamiento y la operación compartida.
La terminal portuaria representa el desafío más complejo. Se fabrica fuera del país y su logística depende de condiciones externas. El montaje en Punta Colorada requiere coordinación entre actores locales e internacionales para no demorar los plazos previstos.
El componente portuario es esencial para la exportación. Sin esa infraestructura, el oleoducto no podrá cumplir su función final. El petróleo extraído y transportado desde Vaca Muerta necesita una salida eficiente y constante hacia los mercados globales.
El proyecto busca evitar cuellos logísticos como los actuales. La saturación de ductos y la falta de infraestructura portuaria dificultan la expansión productiva. VMOS aparece como una solución integral para los próximos diez años del sector.
La visión de YPF se extiende hasta 2031. Según Marín, “el país alcanzará 30.000 millones de dólares de exportaciones adicionales para ese año”. La planificación energética incluye crecimiento sostenido, innovación tecnológica y nuevos mercados de destino.
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Las proyecciones más optimistas no descartan una cifra mayor. “Incluso podríamos llegar a 40.000 millones de dólares anuales”, anticipó. Esa meta implica inversiones constantes, estabilidad macroeconómica y ampliación del sistema de transporte y distribución.
El oleoducto conecta zonas productivas con el Atlántico sur. El trazado vincula el corazón de Vaca Muerta con una terminal ubicada en la costa rionegrina, lo que abre rutas nuevas y descongestiona otras infraestructuras más antiguas y saturadas.
La terminal de Punta Colorada marcará el punto final del recorrido. Será el nodo desde donde partirán los barcos rumbo a nuevos destinos. Sin esa instalación, el petróleo no podrá salir al mundo con la regularidad y el volumen proyectados.
El esquema técnico contempla escalabilidad según demanda. Las estaciones de bombeo adicionales permitirán adaptar el caudal de transporte sin modificar la traza ni frenar la operación general. Esto garantiza flexibilidad ante cambios de escenario.
La etapa de pruebas se programará en paralelo al montaje portuario. Las empresas trabajan para llegar a la primera carga con todos los componentes listos. El cronograma incluye simulaciones, verificación de ductos y puesta en marcha por tramos.
La ingeniería aplicada combina experiencia local con modelos internacionales. Se incorporan estándares de seguridad, protocolos ambientales y esquemas de mantenimiento que ya funcionaron en otros países productores de hidrocarburos.
El financiamiento bajo project finance suma independencia operativa. El crédito se repaga con los ingresos del propio proyecto, sin afectar presupuestos estatales ni comprometer deuda soberana, lo que mejora la sostenibilidad financiera general.
La colaboración público-privada fue clave en los acuerdos regulatorios. Las provincias, Nación y empresas fijaron condiciones claras para avanzar sin demoras legales ni trabas institucionales. La normativa se actualizó para facilitar este tipo de desarrollos.
La obra genera empleos directos e indirectos. La construcción moviliza contratistas, proveedores, ingenieros y trabajadores de distintas regiones. La cadena de valor energética se amplía con impacto positivo en economías locales.
Las comunidades esperan beneficios a largo plazo. Se proyectan obras complementarias, servicios logísticos y mayor dinamismo regional. Las provincias productoras buscan consolidarse como polos estratégicos del nuevo modelo energético argentino.
La capacidad de gestión será determinante en los próximos meses. Las decisiones sobre importaciones, logística y tiempos de obra marcarán el ritmo del proyecto. YPF deberá coordinar actores para evitar cuellos de botella y demoras innecesarias.
El clima de negocios mejora con señales claras. Los bancos internacionales observaron estabilidad en el proyecto, participación efectiva de actores privados y respaldo institucional suficiente para habilitar desembolsos en tiempo y forma.








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