

La madrugada del sábado volvió a golpear con fuerza a la ciudad ucraniana de Zaporiyia. Un dron ruso impactó contra un almacén que contenía asistencia para personas desplazadas y comunidades afectadas por la guerra.

El ataque destruyó 100 toneladas de ayuda humanitaria. La carga, recién llegada en cinco camiones, incluía alimentos, medicamentos y elementos de primera necesidad. Tres personas resultaron heridas: dos policías y un civil. Las autoridades locales confirmaron daños en comercios, una parada de transporte público y un edificio de varios pisos.
“Ahora todo está destruido”, lamentó Oleksandr Beluga, fundador de la ONG Beluga UA. La organización había coordinado la entrega de la ayuda, valuada en unos 3 millones de dólares.
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El ataque se inscribe en una ofensiva más amplia sobre el sureste de Ucrania. Las regiones de Járkov, Donetsk y Dnipro también recibieron ataques con drones, incluidos 58 UAV Shahed y vehículos aéreos de imitación. La Fuerza Aérea ucraniana logró neutralizar 43 drones enemigos. De ellos, 23 fueron derribados y 20 interceptados antes de alcanzar sus objetivos.
Ucrania también respondió con una ofensiva nocturna contra dos plantas químicas rusas. Las instalaciones, ubicadas en Stavropol y Samara, forman parte del complejo industrial militar de ese país.
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“Los ataques apuntaron a frenar la producción de explosivos y municiones”, señaló el Estado Mayor ucraniano. Las fábricas representan puntos estratégicos en la cadena armamentística rusa. El gobernador de Stavropol confirmó el impacto de uno de los drones. Restos del vehículo aéreo no tripulado cayeron en una zona industrial de la ciudad.
La guerra mantiene su intensidad y escala con nuevas acciones cada semana. Las víctimas civiles, la infraestructura dañada y la pérdida de ayuda agravan el escenario humanitario en Ucrania.
Fuente: El Periódico








