
Loyola exige gestionar el puerto de Camarones y sacudir la economía local
Actualidad20/06/2025

Claudia Loyola no se guardó nada. En un pedido firme al Gobierno provincial, exigió que el Municipio de Camarones forme parte de la administración del puerto local. Su reclamo apunta a recuperar poder de decisión sobre un recurso central para la vida económica de la comuna.

“Nosotros ya tenemos la potestad suficiente”, remarcó. Y no se trata solo de gestión: hay una convicción política detrás de la propuesta. La intendenta plantea una visión productiva integral, con el puerto como eje de una economía regional que quiere dejar de mirar desde afuera.
La pesca, sostuvo, sigue siendo el motor de muchas familias. No solo por el trabajo directo en altamar, sino también por todo el entramado que la rodea: transportistas, proveedores, alquileres, comercios, servicios. El puerto late, pero falta dirección desde el territorio.
Loyola no pidió control absoluto. Pidió participación. Insistió en un esquema de cogestión con la Provincia, donde Camarones aporte planificación, infraestructura y cercanía. “Si la provincia nos dejara ser parte de esa decisión a nosotros solos, acompañándonos, las cosas cambiarían”, expresó.
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El Municipio ya cuenta con técnicos formados en acuicultura que no encuentran lugar en el circuito productivo local. Según la jefa comunal, es hora de transformar ese capital humano en empleo real. “Hay jóvenes preparados que necesitan una oportunidad en su pueblo”, advirtió.
Otro punto central es el tratamiento de la denominada “zona 3” en la Legislatura. El proyecto busca habilitar permisos artesanales, regularizar prácticas existentes y ampliar la base de trabajadores formalizados en el mar. Para Loyola, la demora en ese debate frena oportunidades concretas.
En la práctica, Camarones se ve afectado por decisiones tomadas lejos. El puerto opera, pero sin una mirada estratégica que contemple la realidad local. Por eso, la intendenta impulsa una planificación enfocada en generar empleo, atraer inversiones y sumar valor agregado desde origen.
La propuesta de Loyola también busca estabilizar la actividad durante todo el año. Apunta a mejorar los servicios portuarios, atraer embarcaciones más allá de las temporadas fuertes y consolidar un circuito económico constante. “Podemos tener un puerto activo los doce meses”, planteó.
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El turismo y la obra pública también forman parte del modelo. La idea es articular los recursos de la localidad en un esquema que no dependa exclusivamente del Estado provincial. La presencia del Municipio en la gestión permitiría decisiones más ágiles y ajustadas a la realidad.
Desde sectores pesqueros locales hay expectativa. Muchos actores del rubro ven con buenos ojos una mayor participación municipal, siempre que eso implique agilidad, control transparente y condiciones laborales dignas para los trabajadores.
Loyola puso el tema en la agenda política, pero espera respuestas concretas. El Gobierno provincial aún no se pronunció, y en la Legislatura el proyecto de zona 3 sigue en espera. Camarones observa, con paciencia limitada.
“Queremos dejar de ser espectadores”, concluyó la intendenta. Y detrás del pedido, late un reclamo más profundo: el derecho de una comunidad a decidir sobre sus propios recursos, su trabajo y su futuro.
Por ahora, la pelota está en la cancha de Rawson. Camarones espera que esta vez, la respuesta no tarde otros diez años.




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