El gaucho del Sur que cruzó la meta con tres ruedas y se volvió leyenda

Deporte25/06/2025Sergio BustosSergio Bustos
perico sancha
"Perico" Sancha en tres ruedas.

Pedro “Perico” Sancha no ganó esa carrera, pero nadie se acuerda de los que llegaron antes. Su hazaña en tres ruedas lo convirtió en mito.

El automovilismo argentino celebra el 24 de junio el Día del Piloto en homenaje a Juan Manuel Fangio. Pero en cada rincón del país, el recuerdo también va para Perico, aquel “gaucho del Sur” que corrió como nadie y llevó el nombre de su ciudad por todos los circuitos, según recordó el sitio Madryn Olvidado.

Sancha ganó respeto por su temple y por una locura mecánica que aún asombra: modificó un Fiat 650 y lo transformó en un Abarth 800, tanto que la misma empresa lo reconoció con el nombre Fiat Abarth Sancha.

Sin embargo, su consagración llegó al volante de un Mercury Monclair modelo 1956, cuando en plena autopista Riccheri, durante el Gran Premio, perdió una rueda delantera a más de 160 km/h y decidió seguir.

“Sabía que si paraba no llegaba”, contaría años después. El auto se arrastró sobre el tambor de freno durante 18 kilómetros. Las chispas volaban, el asfalto se abría, el público deliraba.


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Sancha ya le había sacado ventaja a Anderson, Perkins y Viale. Iba camino al podio más alto, pero esa vibración en el volante le cambió la historia.

“No teníamos más auxilio y Perico siguió igual”, relatan testigos de aquella jornada inolvidable. Su auto cruzó la meta envuelto en humo y ovaciones. Terminó tercero, pero con todos los honores.

“El público lo saludaba como a un héroe. No ganó, pero fue el más grande”, decía una crónica de la época.

Desde Arrecifes hasta el Autódromo, Sancha dio una lección de coraje. Nadie lo obligaba a seguir. Pero el gaucho del Sur no quería perder la carrera, ni traicionar su historia.

Ese día lloró al bajarse del auto. Lágrimas de impotencia, de bronca, pero también de emoción por el reconocimiento de una multitud que no lo olvidó jamás.

“Perico fue distinto. No buscaba fama. Corría por pasión”, recuerdan sus amigos.

Su leyenda no vive en trofeos sino en anécdotas. Como esa vez en que dobló el reglamento y la física para no abandonar.

Los 24 de junio, en cada homenaje a Fangio, también resuena el rugido del Mercury 56. El de Sancha. El de las tres ruedas.

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