


La localidad de Facundo, en el sur de Chubut, vive horas dramáticas por la ola polar que azota gran parte del país. Las temperaturas reales llegaron a –18 °C y la sensación térmica superó los –20 °C, dejando un escenario congelado en todos los sentidos. Las calles, los ríos y hasta los grifos dentro de las viviendas reflejan un panorama extremo que paralizó la vida cotidiana.

En los hogares se congelaron hasta las canillas interiores, obligando a los vecinos a dejar correr el agua durante la noche para evitar el congelamiento de las cañerías. Sin embargo, ni siquiera esa medida preventiva resultó suficiente frente a las gélidas condiciones que dominan la región desde hace días.
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La situación se agrava porque la localidad no cuenta con servicio de gas y los vecinos deben recurrir a calefacción eléctrica o leña, cuando pueden. En algunos casos, directamente no hay fuente de calor disponible, lo que expone a las familias a condiciones de vulnerabilidad extrema.
El municipio permanece sin atención al público debido al intenso frío dentro del edificio, donde tampoco hay suministro de gas y la temperatura interior volvió impracticable cualquier tipo de tarea. Los trabajadores decidieron cerrar momentáneamente y priorizar la seguridad del personal.
Un video que se viralizó en las redes muestra cómo una corriente de agua en las afueras de Facundo arrastra una gruesa capa de hielo, una imagen que resume la crudeza del clima que azota la región. La masa congelada avanza sobre el curso de agua como si fuera una placa de vidrio quebradizo.
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La comunidad, acostumbrada al frío patagónico, reconoce que este invierno llegó con una severidad inusual. “Hace años que no se ve algo así”, señalan los vecinos, muchos de los cuales se organizan para compartir estufas, calefactores o leña con quienes no tienen acceso a fuentes de calor.
Los pronósticos del Servicio Meteorológico Nacional indican que las condiciones extremas continuarán durante la semana, con mínimas por debajo de los –10 °C y máximas que apenas rozan el cero. Se trata de un fenómeno que complica especialmente a las zonas rurales, donde los recursos y la logística son más escasos.
En medio de este contexto, las autoridades locales trabajan a contrarreloj para restablecer el suministro de gas, aunque las condiciones climáticas dificultan cualquier intervención técnica inmediata. La demanda de asistencia supera las capacidades operativas del municipio, que permanece sin funciones oficiales por el frío.
Fuente: EL Patagónico









