
Transportar granos al puerto cuesta más que enviarlos a China: el Norte Grande sigue aislado
Actualidad03/07/2025

El Norte Grande produce riqueza, pero no puede moverla. Un productor de Salta paga hasta 21 veces más por llevar una tonelada de granos al puerto de Rosario que lo que cuesta embarcar esa misma tonelada desde allí hasta China. La desigualdad logística no es nueva, pero nunca fue tan brutal.

El dato lo reveló la Bolsa de Comercio de Rosario, y resume décadas de abandono estatal. El norte argentino genera el 90% de las legumbres, el 80% del algodón y la totalidad del litio exportado por el país. Sin embargo, transportar esa producción cuesta más que cruzar el océano.
Las rutas están destrozadas, los trenes no llegan, los puertos no se conectan. La logística está pensada para la región pampeana, mientras que el NOA y el NEA se las arreglan como pueden. En Salta, Jujuy, Chaco, Formosa o Santiago del Estero, sacar una carga al exterior es una odisea.
El Norte Grande representa el 30% del territorio argentino y alberga al 22% de la población. Pero su aporte al PBI apenas roza el 13%. Produce mucho, pero retiene poco. La pobreza golpea fuerte: 63% en el NEA y 57% en el NOA, contra un promedio nacional del 42,5%.
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El informe del CIPPEC, respaldado por el Banco Mundial, encuestó a 16 cadenas productivas en diez provincias del Norte. El 55% de las empresas afirma que los costos logísticos absorben entre el 10% y el 20% de sus ingresos. En algunos sectores, el transporte es más caro que producir.
La red ferroviaria funciona a medias. Las demoras, las cancelaciones y la infraestructura obsoleta alejan al tren de ser una alternativa real. El 80% de los productores del NEA señala el mal estado de las rutas como el mayor obstáculo. El 70% del NOA suma el clima, la inseguridad y la falta de camiones.
El transporte fluvial es una promesa incumplida. Los ríos Paraguay y Paraná tienen capacidad ociosa, pero carecen de planificación integrada. Hay puertos subutilizados, barcazas sin carga y demoras sin sentido. Ni siquiera el litio sale fácil del país.
El mapa de la conectividad digital también es desigual. Solo el 22% de las empresas reporta tener señal estable en las rutas. La mayoría opera con banda ancha de baja calidad y velocidades por debajo del mínimo. Sin internet, no hay trazabilidad ni logística moderna.
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El sistema eléctrico, lejos de ser un aliado, complica aún más. Aunque el 72% de las empresas dice tener acceso, apenas el 8% valora positivamente la calidad del servicio. Cortes, baja tensión y redes saturadas frenan a la minería, al agro y a cualquier intento de industrialización.
Todo esto tiene consecuencias visibles. Los costos desiguales desalientan inversiones, generan pérdida de competitividad y empujan a las economías regionales a producir menos o vender mal. Una tonelada de soja llega más barata desde Brasil a China que desde Tucumán a Buenos Aires.
Hoy existen más de 100 proyectos de infraestructura estratégicos identificados para revertir la situación. Solo 20 tienen chances reales de avanzar. Requieren inversiones de entre 10 y 200 millones de dólares. Pero en un contexto de ajuste fiscal, las prioridades van por otro lado.
Desde CIPPEC proponen un Índice de Vulnerabilidad Logística, para identificar los sectores más afectados y orientar las decisiones de inversión. Porque sin rutas, trenes, puertos, energía y conectividad, el Norte Grande seguirá estancado, produciendo para otros, pero sin crecer.
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El mundo demanda más alimentos, más litio, más energías limpias. Y el Norte Grande tiene todo. Lo que no tiene es forma de moverlo. Sin infraestructura, la promesa del federalismo es solo una consigna vacía.









