Shein bajo fuego global: demandas, controles y sospechas que sacuden a la gigante textil

La firma de moda rápida Shein atraviesa su momento más tenso. Con ventas millonarias en todo el planeta y millones de paquetes diarios, la empresa china ahora enfrenta denuncias por plagio, condiciones laborales abusivas y contaminación. Su intento por ingresar a la bolsa quedó envuelto en escándalos.

Uniqlo, la marca japonesa, la acusó de copiar su popular bolso “Mary Poppins” y presentó una demanda formal para que retire el producto del mercado. “Es una copia inferior e ilegal”, aseguró la compañía demandante.

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El conflicto por propiedad intelectual no es nuevo. Varios diseñadores independientes ya habían señalado a Shein por replicar sin permiso sus creaciones. Pero ahora el foco se amplía: el gobierno chino abrió una investigación interna y en Estados Unidos también enfrenta causas judiciales.

El modelo de producción de Shein se basa en la velocidad y el volumen. Esto generó fuertes críticas en materia ambiental, ya que la empresa lanza hasta mil prendas nuevas por día y descarta muchas sin vender.

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“El impacto ambiental de este modelo es insostenible”, advirtieron desde varias ONG. También se conocieron informes que denuncian jornadas laborales de más de 70 horas semanales y sueldos bajísimos para trabajadores migrantes.

Otra alerta surgió tras un estudio europeo que encontró sustancias químicas peligrosas en ropa infantil vendida por Shein. Los controles de calidad quedaron en la mira.

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Pese a las polémicas, la marca mantiene millones de usuarios fieles gracias a su catálogo inmenso y precios ridículamente bajos. Su app figura entre las más descargadas del mundo, incluso por encima de Amazon.

El futuro de Shein dependerá de su capacidad para despejar dudas y adaptarse a las nuevas reglas del juego global. Por ahora, la empresa guarda silencio.

Fuente: DW/Infobae