
Droga y billeteras virtuales: así operaba la banda narco de la U-6 de Rawson
Policiales20/07/2025

Una red narco operó durante meses dentro de la cárcel federal de Rawson con una logística aceitada, billeteras virtuales y apoyo externo. Cuatro internos coordinaban la entrada, el cobro y la distribución de drogas. Una de las proveedoras era una docente neuquina que visitaba a su pareja presa.

La banda funcionó entre julio de 2024 y febrero de este año. Fue desarticulada tras el operativo “La Viajante”, gracias a escuchas telefónicas y movimientos financieros. El fiscal federal Fernando Gélvez pidió llevar el caso a juicio oral.
Guido Morales Limachi era el líder. Lo asistían Michael Gayozo Balmaceda, Ezequiel Ortiz y José “El Gordo” Viggiani. Coordinaban cada paso del negocio desde el Pabellón 13. Distribuían marihuana, cocaína y psicofármacos. El ingreso de la droga lo aseguraban dos mujeres: Mirta Díaz, pareja del jefe, y Andrea Medina.
Díaz, docente del Consejo Provincial de Educación de Neuquén, viajaba una vez por mes a Rawson y escondía droga en su cuerpo. Las visitas eran extensas y aprovechaba para rendir cuentas, recibir instrucciones y llevar dinero. “Con licencia es más fácil para que me vengas a ver otra vez”, le decía Limachi en una de las charlas interceptadas.
OTRAS NOTICIAS
Los pagos se hacían con transferencias a cuentas digitales. Díaz manejaba cuatro cuentas de Mercado Pago y una de Naranja X. Entre julio de 2024 y febrero de 2025 movió más de $15 millones en 420 operaciones. Su sueldo como docente no superaba el millón setecientos mil.
Parte del dinero iba a la compra de más droga. Otra parte se destinaba a cubrir viáticos. “Lo principal es el pasaje y el alquiler”, reconocía Limachi en otra escucha.
Medina cumplía el rol de “rana”: ingresaba droga al penal oculta en su vagina. En una conversación, se quejaba por la cantidad que le pedían introducir: “50 gramos es una banda. Cuatro cajas de pastillas me re embartulan.”
Una vez adentro, Limachi se guardaba la droga húmeda en el ano y la dejaba secar en la cocina común. Distribuía la mercadería en pan, comida, tachos o directamente la “palomeaban” de un pabellón a otro. También escondían los envoltorios en inodoros o llaves de ducha.
OTRAS NOTICIAS
“Ayer me moví un toque. Hice 195. Aparte 90 más 90. Cerré con 45 y se fue todo”, le contaba a Medina. La demanda era constante. La oferta, también.
Viggiani, alias “El Gordo”, manejaba parte de la recaudación. Díaz confirmaba transferencias que debían llegar de su parte. Ortiz, conocido como “El Menor”, aportaba contactos y operaba con proveedores desde afuera.
El operativo incluyó allanamientos en Rawson, Trelew y Neuquén. Incautaron drogas, balanzas, preservativos con restos de marihuana, cuadernos de cuentas y celulares. También secuestraron pastillas, efectivo y bolsas con droga lista para distribuir.
Las pruebas incluyen 22 pedidos de transferencia de Limachi a Díaz para pagarle a Medina. El rastro financiero coincide con las escuchas. El caso reúne narcomenudeo, lavado y violación del régimen penitenciario.
OTRAS NOTICIAS
“La primera toda mía, la mejor. Las otras mezcladitas pero bien”, decía Limachi al organizar la entrega. En la cárcel, todos sabían que él manejaba el circuito.
Ahora, los acusados aguardan juicio. Y la trama dejó al descubierto una red que convirtió al penal en un punto narco con estructura, plata y complicidades.









