La Flaca
“Por un beso de la flaca daría lo que fuera”. No era solo una frase pegadiza. Era un recuerdo convertido en himno, un suspiro guardado en un casete. Pau Donés no escribió una canción. Escribió una historia que vivió en carne y alma durante una semana en Cuba.
Todo empezó en 1995, en La Habana. La banda Jarabe de Palo estaba por grabar su videoclip “El lado oscuro”, mientras buscaba firmar contrato con Virgin Music. Una noche, el grupo fue a la discoteca 1830, conocida como La Tasca. Entre mojitos y risas, entró una mujer con un vestido de gasa roja que paralizó la pista. “Una diosa, eso es lo que era”, escribió Donés años después.
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Durante días volvieron al mismo bar, esperando verla de nuevo. Y cuando por fin la encontraron, no dudaron: se acercaron y le propusieron ser la modelo del videoclip. Alsoris Guzmán aceptó. Enseguida se instaló con el grupo en el hotel. Compartió habitación con una asistente de dirección y, más tarde, con él.
La lluvia arruinó los planes de grabación. Pero lo que parecía un problema terminó revelando otra historia. Donés se enamoró perdidamente. “De ese coral negro de La Habana, de esa tremenda mulatona”, escribió con emoción.
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Antes de regresar a España, Pau se sinceró con Alsoris: “Flaca, no me puedo ir de la isla sin haberme acostado con vos”. Ella le sonrió y le dijo: “Ven, Pablito”. Al despertar, él escribió un poema breve, inspirado en esa madrugada. Lo copió en una hoja, lo guardó en un sobre y se lo entregó como despedida.
Nunca más volvieron a verse. Nunca más volvieron a hablar. Pero lo que vivieron quedó inmortalizado. En 1996, La Flaca se convirtió en el tema que lanzó a Jarabe de Palo al estrellato. El tema recorrió el mundo, sonó en publicidades, cruzó océanos y se volvió uno de los íconos del rock en español.
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Alsoris Guzmán desapareció del radar público. Ella fue musa sin escenario. Testigo de una historia que no necesitó más que siete días para hacerse eterna.
Fuente: Infobae
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