

El precio real de lo que compramos no siempre está a la vista. Según Armando Farina, vicepresidente de la Cámara de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas, “cada $1.000 que se pagan de un producto, entre $410 y $490 son impuestos”. El dato pone el foco en un esquema fiscal que, además de opaco, condiciona la posibilidad de contener los aumentos.


"Prácticamente ya no tenemos margen comercial para contener los precios", sostuvo el dirigente en declaraciones a Radio Splendid.
OTRAS NOTICIAS
Impuestos que empujan la góndola
Farina señaló que los impuestos nacionales, el Impuesto al Cheque, Ingresos Brutos y las tasas municipales forman parte del combo que distorsiona la formación de precios. A esto se suma un contexto inflacionario marcado por remarcaciones de entre el 2% y el 8%, según el rubro.
Cosmética, limpieza y perfumería encabezan la lista con subas del 5% al 8%, mientras que los lácteos aumentaron entre un 2% y un 3%.
Dólar, insumos y tensión con proveedores
Aunque todavía no se concretaron las compras con los nuevos valores, el sector mayorista se encuentra en plena negociación con proveedores. Buscan descuentos que amortigüen las subas provocadas por el reciente salto del tipo de cambio.
OTRAS NOTICIAS
“Hubo una devaluación del 26% y los productos no subieron ese porcentaje. Hay que ver en cada producto qué incidencia del dólar tiene”, explicó Farina.
El aceite, por ejemplo, tiene el 85% de sus componentes dolarizados, lo mismo que el café o los electrodomésticos. Con este esquema, el sector afirma que sostener márgenes sin trasladar aumentos se vuelve inviable.
Fuente: BAE

















