Milei arma un consejo para auditar provincias y lanza dardos contra “la casta subnacional”

Javier Milei tensó aún más la cuerda con los gobernadores. Anunció la creación del “Consejo de la Libertad”, un equipo de 24 miembros que auditará estructuras provinciales y propondrá reformas liberales desde la Fundación Faro.

Al frente estará Felipe Núñez, funcionario de confianza del ministro Luis Caputo y uno de los voceros más duros del oficialismo. Desde su lugar en el Palacio de Hacienda, maneja información fiscal sensible que ahora también servirá para operar políticamente.

“Si descuidamos a provincias y municipios, ahí se refugia la casta”, sentenció Milei durante la presentación del cuerpo especial en un exclusivo salón de reuniones de Buenos Aires.

El mensaje fue claro: el nuevo consejo funcionará como herramienta de presión directa sobre gobernadores e intendentes que, según el presidente, no acompañan el ajuste con la intensidad esperada.

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“Vamos a identificar regulaciones ridículas, impuestos locales que asfixian y ñoquis escondidos en cada rincón del país”, prometió Milei. La frase no solo anticipa auditorías, también lanza advertencias.

El Consejo dependerá de la Fundación Faro, think tank que La Libertad Avanza impulsa como usina de ideas y formación política. Desde allí, se crearán “faros locales” que operarán como brazos de fiscalización territorial.

“Será una orden de caballeros que piensa reformas para acompañar a la Nación en su camino de libertad”, agregó Milei con tono épico. La puesta en escena dejó en claro que no se trata de un grupo técnico, sino de un brazo político.

La jugada ocurre en medio de una sesión caliente en Diputados, donde se discuten proyectos impulsados por gobernadores que afectan los recursos nacionales: moratoria previsional, emergencia en discapacidad y reparto de fondos no asignados.

La Casa Rosada busca frenar esas iniciativas y redobla la ofensiva pública contra los mandatarios provinciales. En paralelo, necesita de varios de ellos para sumar votos en el Congreso.

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El doble juego se hace evidente: negociación en privado, apriete en público. Milei acusa a las provincias de mantener estructuras sobredimensionadas y subir impuestos mientras el Estado nacional recorta.

“Nosotros ajustamos, pero las provincias se hacen las vivas”, repiten cerca del presidente. Por eso, el Consejo también apunta a dejar expuestos a los que usen el superávit nacional para agrandar el gasto local.

Intendentes también entran en la mira. Aunque sin nombrarlos, el presidente anticipó que los municipios no quedarán afuera del radar. Los “faros locales” se moverán en todo el territorio.

“Nadie va a esconderse detrás de una intendencia para sabotear el ajuste”, deslizó una fuente del oficialismo durante el acto. En esa línea, el Gobierno evalúa crear reportes públicos sobre gestión municipal.

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La designación de Felipe Núñez generó ruido incluso dentro de Economía. Su rol en el programa “Tres Anclas”, que se emite por el canal oficialista Carajo, y su alto perfil en redes sociales, lo convirtieron en un operador mediático del plan Caputo.

Desde allí fustiga opositores, periodistas y gobernadores, mientras defiende a capa y espada cada medida del Ejecutivo. Ahora suma poder formal para avanzar con la vigilancia provincial.

Los nombres del resto de los 24 miembros aún no se conocen. Se espera una mezcla de técnicos, referentes políticos y economistas libertarios con línea directa con la Casa Rosada.

El Consejo de la Libertad no tiene respaldo legislativo ni control institucional. Dependerá por completo del entorno presidencial y tendrá como objetivo desnudar el gasto en las provincias e instalar una agenda de reformas “desde afuera del Estado”.

El Gobierno ya avisa que no habrá más cheques en blanco. Cada ATN, cada transferencia, vendrá con lupa, con informe y con presión. El Consejo se prepara para ser el látigo ideológico del ajuste.