
Murió Osvaldo Piro, el bandoneón que hizo latir al tango desde La Paternal hasta Córdoba
Otros Temas07/08/2025
REDACCIÓN
El tango está de luto. A los 88 años, murió Osvaldo Piro, uno de los bandoneonistas más intensos y respetados del género. Su vida entera giró alrededor del fueye. Desde los primeros acordes en La Paternal hasta los aplausos finales en Córdoba, construyó una carrera sin atajos.


Vivía en La Falda, donde murió en las últimas horas. La noticia fue confirmada por la Academia Nacional del Tango, institución de la que formaba parte. Rápidamente, la comunidad artística expresó su tristeza. “Despedimos con tristeza al gran bandoneonista Osvaldo Piro. ¡Hasta siempre Maestro!”, publicó La 2×4, la radio especializada que siempre lo tuvo como faro.
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El bandoneón lo atrapó desde chico. A los 10 ya lo estudiaba con obsesión. A los 15 tocaba profesionalmente. Primero en la orquesta de Ricardo Pedevilla. Después con Alfredo Gobbi, con quien compartió seis años intensos y giras junto a figuras como Jorge Maciel y Carlos Almada.
No se quedó en el pasado. Siguió tocando, componiendo, dirigiendo. Fue director de la Orquesta Provincial del Tango de Córdoba, desde donde mantuvo viva la llama del dos por cuatro. Su forma de interpretar tenía una mezcla única de técnica, emoción y riesgo.
En octubre de 2023 se volvió a subir al escenario. Lo hizo con Susana Rinaldi en un concierto íntimo llamado Reencuentro, inspirado en el disco que grabaron juntos un año antes. Fue su última gran ovación.
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Amaba el escenario y lo decía sin rodeos: “La tensión que te produce antes de que se abra el telón es mágica. Es parte de nuestro camino, de esto que elegimos. Lo elegiste, jodete, es así”. Esa frase lo pinta entero. Vivía con intensidad y convicción.
Su muerte deja un silencio enorme, pero también un legado que late en cada tango que interpretó. Sus arreglos, sus grabaciones, su energía siguen ahí. No se apaga un fueye como el suyo. Se transforma.
En las próximas horas, su familia dará detalles sobre las ceremonias de despedida. La Falda, Córdoba y todo el país ya lo extrañan.
Fuente: Newsweek
















