Tres volcanes en Mendoza bajo alerta amarilla por actividad sísmica y térmica creciente

El Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR) emitió este jueves alertas técnicas amarillas para tres complejos volcánicos vinculados a la provincia de Mendoza, debido a un aumento sostenido en la actividad sísmica, deformaciones geológicas y señales térmicas anómalas detectadas por satélites. Las zonas afectadas son monitoreadas de forma permanente y las autoridades llaman a evitar el acercamiento a los cráteres activos.

El primero de los casos corresponde al complejo Planchón-Peteroa, ubicado al sur de Mendoza y próximo a Las Loicas, Malargüe y Las Leñas. Desde mediados de mayo se detectaron eventos sísmicos más intensos, cambios en la morfología del terreno y emisión de gases, aunque aún no se registraron explosiones visibles en superficie. La última erupción significativa de este volcán se remonta a los años 2018 y 2019.

Por su parte, el complejo Laguna del Maule, emplazado entre las provincias de Mendoza y Neuquén, muestra signos aún más alarmantes: la tasa de deformación del suelo alcanza los 4,2 centímetros por mes, un indicador que sugiere una posible acumulación de magma a baja profundidad. A pesar de la ausencia de señales superficiales, el fenómeno genera inquietud en expertos geológicos y autoridades locales.

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El tercer complejo bajo alerta es Puyehue-Cordón Caulle, situado íntegramente en territorio chileno pero con capacidad de impacto en el sur argentino. En las últimas semanas se observaron sismos moderados, alzamientos del terreno y una reciente anomalía térmica. Su historia eruptiva reciente lo posiciona como un caso de alto interés, ya que en 2011 provocó una gran erupción que afectó severamente a varias provincias argentinas.

La alerta amarilla implica que los volcanes presentan cambios en su comportamiento que podrían derivar en una erupción en el corto o mediano plazo. En este contexto, se solicita a residentes, turistas y prestadores de servicios en las zonas aledañas mantenerse informados a través de fuentes oficiales, respetar perímetros de seguridad y revisar los planes de contingencia locales.

Las imágenes satelitales y las estaciones de monitoreo instaladas en los complejos permiten seguir minuto a minuto la evolución de cada volcán, aunque los especialistas remarcan que el comportamiento volcánico puede ser impredecible y cambiar de forma abrupta.

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SEGEMAR coordina las tareas junto a organismos científicos chilenos, gobiernos provinciales y el Sistema Nacional para la Gestión Integral del Riesgo (SINAGIR), con el objetivo de brindar información confiable y anticipar cualquier evento eruptivo que ponga en peligro a la población.

Los tres complejos volcánicos son conocidos por su actividad intermitente y su potencial impacto transfronterizo, por lo que su vigilancia constante es considerada prioritaria en el mapa de riesgo geológico de la región andina.

Hasta el momento no se dispusieron evacuaciones ni cierres de rutas, pero las autoridades insisten en evitar el turismo de aventura en las zonas próximas a los cráteres, especialmente durante esta fase de alerta preventiva.