
El combate que rompió el espectáculo: cuando Gatica y Karadagián dejaron la actuación para pelear de verdad
Otros Temas10/08/2025
REDACCIÓN
En una tarde helada y gris, la cancha de Boca parecía el escenario ideal para un show amable. Sin embargo, lo pactado se desarmó rápido y la violencia tomó el ring. Martín Karadagián y José María Gatica, figuras irrepetibles del catch y el boxeo, protagonizaron un encuentro que se salió de control y dejó una marca imborrable.


El 10 de agosto de 1957, los dos gladiadores subieron al cuadrilátero con un acuerdo que debía garantizar un espectáculo sin golpes reales. Pero Gatica, con su alma de guerrero incansable, rompió el guion y comenzó a castigar duro a Karadagián. La pelea se tornó verdadera, cruda y dolorosa.
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La audiencia fue escasa y el frío reinante alejó a los espectadores, pero dentro del ring se libraba una batalla intensa que duró apenas dieciocho minutos. Golpes duros al hígado y a la cabeza, una toma fatal y una lesión que dejó a Gatica rengo para siempre marcaron el fin del combate y el inicio de una historia de rivalidad y tragedia.

Karadagián, nacido en Buenos Aires y con sangre armenia, venía del mundo del catch grecorromano y la espectacularidad circense. Su fama crecería con la creación de “Titanes en el Ring”, un espectáculo que mezclaba luchadores, personajes de historieta y fisicoculturistas. Antes, se había destacado en Estados Unidos como "The Mighty Karadagián", invicto en varias ciudades.
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En cambio, Gatica fue un boxeador de barrio, hijo de la calle y de la clase trabajadora. Conocido como “El Mono”, su vida fue un vaivén entre la gloria y la pobreza. Su entrega sobre el ring era brutal y su carisma, indiscutible. Su vínculo con Juan Domingo Perón y sus noches memorables en el Luna Park lo convirtieron en un símbolo de lucha y pasión popular.
La pelea con Karadagián nació como una apuesta para devolverle algo de brillo y dinero a Gatica, que ya vivía en la sombra tras la Revolución Libertadora y la prohibición de pelear en escenarios grandes. Karadagián invirtió tiempo, dinero y cuidado para preparar a Gatica, quien aprendió las tomas del catch y aceptó el guion, aunque el boxeador no podía contener su instinto.
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Cuando la multitud empezó a corear el nombre de Gatica, el ex campeón se desbordó y atacó con fuerza, dejando a Karadagián sin más opciones que responder con dureza. Una caída violenta terminó con la lesión de Gatica y la pelea. Lo que prometía ser un espectáculo controlado terminó como un combate real con consecuencias para siempre.
Tras ese episodio, ambos siguieron caminos distintos. Karadagián se consolidó en la televisión y el cine con “Titanes en el Ring”, mientras Gatica volvió a la pobreza y la marginación, víctima de su pasado y las heridas físicas y políticas. Su muerte en 1963 cerró la historia de un hombre que siempre peleó, incluso fuera del ring.

Este combate, único en el país, simboliza la delgada línea entre el show y la realidad, entre la fama y la caída, entre el circo y el deporte verdadero. Un encuentro donde dos mundos chocaron con la fuerza de un golpe que todavía resuena en la memoria popular.
Fuente: Infobae

















