
Tras 17 años y 420 millones de dólares, el gobierno abandona el soterramiento del tren Sarmiento
Política12/08/2025
REDACCIÓN
El soterramiento del tren Sarmiento, presentado como una obra clave para modernizar el transporte ferroviario del área metropolitana, llegó a su final sin cumplir su objetivo. Tras 17 años de anuncios, demoras y paralizaciones, el Gobierno nacional y las empresas constructoras Sacde y Ghella acordaron abandonar el proyecto y sellar para siempre el túnel construido.


La decisión, revelada por el periodista Diego Cabot en La Nación, implica dejar bajo tierra una inversión de 420 millones de dólares y a la gigantesca tuneladora “Argentina”, de 125 metros de longitud, que ya no podrá ser rescatada. El túnel de 7 kilómetros, que forma parte de un plan original de 32,6 kilómetros entre Caballito y Moreno, será clausurado con murallas en sus extremos.
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Anunciada por Cristina Kirchner en 2008 con un plazo de ejecución de 36 meses, la obra permaneció detenida durante gran parte de su historia. La tuneladora llegó al país en 2011, pero no comenzó a operar hasta 2016, durante la gestión de Mauricio Macri, deteniéndose definitivamente en 2018 en Villa Luro. Bajo la presidencia de Alberto Fernández, el proyecto quedó relegado sin avances significativos.
Con la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada, la administración resolvió rescindir el contrato y “sincerar una obra que no se pudo financiar”. “El túnel quedará cerrado para preservar lo hecho. La idea es tapiar todo con un muro y dejar las cosas así”, confirmó una fuente oficial a Cabot.
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El abandono no solo significa la pérdida de una enorme inversión de fondos públicos, sino que también perpetúa los problemas para los vecinos de la traza del Sarmiento. Durante casi dos décadas, la zona convivió con obradores, cortes de calles y la promesa incumplida de un tren subterráneo que aliviaría el tránsito y mejoraría la conectividad.
La clausura del proyecto marca un cierre definitivo a una obra que simboliza la combinación de desidia política, dificultades financieras y sospechas de corrupción que atravesaron varias administraciones. El supertúnel del Sarmiento quedará como un recordatorio enterrado de una oportunidad perdida para el transporte argentino.
Fuente: N A
















