La derecha se encamina al poder en Bolivia tras dos décadas de hegemonía del MAS

Bolivia vivió este domingo una jornada electoral que reunió a 7.937.138 ciudadanos en las urnas, con un resultado que marca un quiebre tras veinte años de predominio del Movimiento al Socialismo. Los primeros datos y sondeos coinciden en que la derecha tendrá un rol decisivo en el futuro gobierno, aunque la definición final se espera para el escrutinio oficial previsto hacia las 22 horas.

El clima de campaña estuvo atravesado por un fuerte desgaste económico y social. El país enfrenta inflación alta, escasez de combustibles y suba de precios de alimentos, un escenario que alimentó el malestar contra el presidente Luis Arce. La fractura con Evo Morales dejó al oficialismo dividido y con menos capacidad de retener adhesiones en distritos centrales como Santa Cruz, La Paz y Cochabamba, que reúnen más del 70% del padrón.

Los comicios se desarrollaron con normalidad en la mayoría de las regiones, aunque en el Trópico de Cochabamba se registraron incidentes violentos. El diario El Deber detalló que “de golpe empezaron a tirar piedras, todo fue muy rápido y violento. Estoy buscando a nuestro fotógrafo, que por todo este lío quedamos separados”. Ese bastión histórico de Morales mostró con crudeza la tensión política de estas elecciones.

OTRAS NOTICIAS:

River Plate goleó con suplentes, pero encendió las alarmas por dos lesiones

La dispersión del voto se reflejó en los conteos preliminares: ninguno de los ocho candidatos superó el 25% de los sufragios, lo que impulsa la posibilidad de un balotaje el 19 de octubre. Para evitarlo, uno de los postulantes debería superar el 50% de los votos, o alcanzar al menos el 40% con una ventaja de diez puntos sobre el segundo. El nuevo presidente asumirá el 8 de noviembre y tendrá mandato hasta 2030.

Entre los opositores con mayores chances aparecen el empresario Samuel Doria Medina, de Alianza Unidad, y el expresidente Jorge “Tuto” Quiroga, de Alianza Libre, ambos posicionados en los sondeos como favoritos para disputar la segunda vuelta. Quiroga fue contundente en su mensaje contra Morales: “El fraudulento depravado está muy enojado y me llena de insultos y mentiras. Su tiempo terminó, su ciclo acabó”.

La campaña no estuvo exenta de ataques y denuncias de manipulación en redes sociales. “La guerra sucia se ha intensificado en el silencio electoral”, advirtió Doria Medina, señalando que circulan decenas de noticias falsas. El cocalero Andrónico Rodríguez, candidato por Alianza Popular, también denunció la vulneración de sus cuentas personales: “Lamentamos que la guerra sucia y la falta de regulación en las redes permitan este tipo de ataques”.

OTRAS NOTICIAS:

Provincias Unidas en tensión: Schiaretti agitó el tablero y generó malestar entre los gobernadores

La oferta electoral incluyó además a Eduardo del Castillo por el MAS, Eva Copa de Partido Morena, Manfred Reyes de Autonomía Para Bolivia, Jhonny Fernández de Fuerza del Pueblo y Rodrigo Paz Pereira del Partido Demócrata Cristiano. Sin embargo, la falta de unidad en la izquierda, sumada a la inhabilitación de Morales, debilitó cualquier posibilidad de continuidad del proyecto estatista iniciado en 2006.

Desde La Paz, el presidente Arce destacó la importancia del proceso democrático. Tras emitir su voto, aseguró que “recuperar la democracia será la mejor herencia de nuestra gestión” y ratificó que entregará el mando en noviembre al candidato ganador. Su respaldo a Eduardo del Castillo no alcanzó para consolidar al oficialismo, que quedó rezagado en intención de voto frente a los postulantes opositores.

La disputa electoral en Bolivia marca un antes y un después en el mapa político del país. Por primera vez en veinte años, el MAS quedó relegado, condicionado por la crisis económica, las divisiones internas y la presión social de un electorado que exige cambios. El resultado definitivo y el eventual balotaje terminarán de definir si la derecha consigue consolidar un ciclo que desplaza al evismo del poder.

Fuente: Ámbito.