Rosario festeja: Ángel Di María y un gol inolvidable ante Newell’s

Ángel Di María volvió a su casa y lo hizo con una obra maestra que quedará grabada en la historia de Rosario Central. El Canalla venció 1-0 a Newell's en el Clásico Rosarino, en un Gigante de Arroyito colmado de emoción y expectativa. El partido, correspondiente a la sexta fecha del Torneo Clausura 2025, se definió con un golazo de tiro libre que emocionó hasta las lágrimas al propio Fideo.

El trámite fue áspero, tenso, con fricción constante y pocas luces en el juego. Ambos equipos priorizaron la marca por sobre el toque y el partido se trabó en la mitad de la cancha. Pero bastó un instante de lucidez y calidad para que todo cambiara.

A los 36 minutos del segundo tiempo, Di María se paró frente a la pelota y acarició el balón con su zurda. El disparo, medido y preciso, se metió en el ángulo izquierdo del arquero leproso, que no tuvo reacción. Fue una definición perfecta, de esas que marcan carreras y definen historias.

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Ese gol fue más que un grito de desahogo: fue justicia poética para un jugador que esperó este momento durante años. En sus dos ciclos anteriores con Central no había logrado marcar en el clásico, pero esta vez el destino lo recompensó. "El destino es así. La vida me llevó por muchos lados y me trajo acá, donde soy feliz", declaró Di María después del encuentro.

Central no solo se quedó con la victoria, sino que además estiró su paternidad sobre su eterno rival. El equipo auriazul acumula cinco triunfos consecutivos ante Newell's y se consolidó como escolta de River y San Lorenzo, a un solo punto. El ambiente fue de fiesta, con las tribunas encendidas y un Gigante que rugió como pocas veces.

El árbitro amonestó a Di María dos minutos después del gol, en medio de una seguidilla de infracciones y tensión típica del clásico. El Canalla terminó con cuatro jugadores amonestados, pero supo sostener la ventaja hasta el pitazo final. La Lepra, en cambio, nunca encontró claridad para igualar el marcador.

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Di María no pudo ocultar su emoción al término del partido. "Sufrí mucho hace un tiempo porque quería cumplir este sueño. Sé que muchos me putearon, pero nadie sabe lo que viví", dijo con la voz entrecortada. El campeón del mundo dedicó la victoria a su esposa e hijas, visiblemente emocionado.

Además del valor simbólico, el gol lo convirtió en el primer campeón del mundo en anotar para Rosario Central en un clásico. Y fue también su primer festejo ante Newell’s con la camiseta canalla. La alegría fue total para un ídolo que regresó para dejar huella.

"Ahora me queda algo más: ser campeón con Central", dijo Fideo, encendiendo aún más la ilusión del pueblo auriazul. El Canalla sueña, no solo por el presente futbolístico, sino por el sentido de pertenencia que representa el regreso de su hijo pródigo. El clásico fue para Central, pero la noche fue, sin dudas, de Ángel Di María.