Miguel Ángel Russo mejora, pero no volverá aún al banco de Boca Juniors

Miguel Ángel Russo atraviesa una etapa de recuperación favorable, pero permanecerá al menos un día más internado en el Instituto Fleni, donde continúa bajo observación médica constante. Los especialistas consideran que su estado general aún no es óptimo para recibir el alta. Su tratamiento incluye hidratación por vía intravenosa y antibióticos, fundamentales para combatir la infección urinaria.

El técnico de Boca pasó ya tres noches en la clínica, donde se lo monitorea de manera permanente. Si bien su evolución es estable, todavía no se logró controlar completamente la bacteria. Esta situación impide que retome una rutina ambulatoria, algo que en principio se había evaluado como alternativa.

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Durante su estadía, Russo recibió visitas de su hijo Ignacio, delantero de Tigre, y de Claudio Úbeda, su ayudante de campo. Ambos lo encontraron de buen ánimo y con un fuerte deseo de volver a su casa. Sin embargo, el cuerpo médico mantiene su postura de evitar cualquier tipo de alta anticipada.

"Miguel quiere volver a estar con el plantel lo antes posible", afirmaron desde su círculo íntimo. Pese a su insistencia, los médicos son firmes en la indicación de que permanezca internado. La prioridad es evitar una recaída o complicaciones por exposición a otros virus.

El equipo volvió a entrenar en Ezeiza sin la presencia de su entrenador. Úbeda se mantiene al frente de las prácticas, acompañado por el resto del cuerpo técnico. El grupo se adaptó a esta situación temporal, mientras aguardan la recuperación de su DT.

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Los estudios clínicos detectaron una bacteria de comportamiento agresivo. Esto obligó a redoblar la medicación y prolongar la internación. Por el momento, no se considera prudente interrumpir este tratamiento en curso.

Desde Boca no se difundió ningún parte oficial ni mensaje en redes sociales sobre la salud de Russo. El hermetismo sorprende, especialmente en una institución con alto impacto mediático. Esta falta de comunicación mantiene en alerta a los hinchas.

En las últimas semanas, el entrenador de 69 años había mostrado signos visibles de agotamiento. En los partidos recientes apenas se movió del banco, lo que encendió señales de alarma. La prioridad ahora es que pueda superar este cuadro y retomar su función con energía renovada.