Pampita
Pampita regresó a Buenos Aires y habló por primera vez del robo que sufrió en su casa de Barrio Parque. La modelo volvió de España, donde participó de un evento de moda, y se encontró con una situación que describió como “dolorosa e inesperada”.
“Lo único que me da muchísima tristeza es no tener esos videos y fotos para mí que tienen un valor incalculable”, expresó conmovida ante las cámaras de A24. Según detalló, los delincuentes se llevaron teléfonos y tablets que guardaban recuerdos irrepetibles de su hija Blanca, fallecida en 2012.
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La conductora explicó que la investigación permanece bajo secreto de sumario y que por ahora no puede dar detalles de cómo ocurrió el robo ni de los avances policiales. Aun así, agradeció que ninguno de sus hijos ni empleados estuviera en la vivienda durante el asalto.
“Agradecerle a Dios que no estaba ninguno de nosotros ni nadie que trabaja conmigo porque pudo ser un mal momento para todos”, remarcó. Pampita destacó que, más allá de las pérdidas materiales, su mayor angustia pasa por los recuerdos familiares que no podrá recuperar.
Los investigadores analizan las cámaras de seguridad de la zona y sospechan que varias personas participaron del robo. Hasta el momento no hay detenidos y la causa sigue en manos de la fiscalía.
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La modelo insistió en pedir respeto a la prensa por la privacidad de su hogar. “¿Cuántas veces les dije que no enfoquen la puerta de mi casa que hay que cuidar la intimidad de la vivienda?”, reclamó antes de retirarse a realizar trámites personales.
La pérdida de las imágenes de Blanca reavivó viejas heridas para Pampita, quien siempre mantuvo viva la memoria de su hija en cada entrevista. Esta vez, su voz quebrada dejó en claro el golpe emocional que significó la noticia.
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Aunque se mostró agradecida por el apoyo de su entorno, la modelo confesó que le resulta imposible reemplazar el material robado. “Es la verdad, no puedo encontrar ese material en ningún otro lado”, repitió ante los periodistas.
Mientras la investigación avanza, Pampita busca refugio en su familia y en sus hijos menores, quienes la acompañan en este momento de incertidumbre. La esperanza de recuperar al menos parte de los recuerdos robados sigue latente, aunque sabe que el daño emocional es irreparable.
Fuentes: Infobae
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