Actualidad Por: Sergio Bustos01/04/2025

Oleoducto: El 80 por ciento de los obreros son rionegrinos

El oleoducto y el personal rionegrino.

La obra del oleoducto avanza en Río Negro. El tramo Chichinales–Punta Colorada ya cuenta con obrador y base administrativa. La mayoría de los trabajadores son rionegrinos. La normativa que exige mano de obra local comenzó a cumplirse.

El gobierno provincial defendió esa cláusula. Exigió que las empresas respeten el cupo local. Se firmó un convenio en febrero. Participaron gremios, empresas y funcionarios. El objetivo fue asegurar el empleo de trabajadores de Río Negro.

La secretaria de Trabajo, María Martha Avilés, confirmó los avances. “Estamos cumpliendo con lo pactado”, señaló. La funcionaria detalló el monitoreo. Cada 15 días revisan las nóminas de empleados. Comparan nombres, funciones y lugar de procedencia.

El acuerdo prevé un cupo del 80 por ciento. Ese porcentaje debe cubrirse con rionegrinos. El 20 por ciento restante se reserva para técnicos especializados. Sólo pueden venir de otras provincias si no hay perfiles similares en Río Negro.

Las empresas aceptaron el compromiso. El gremio de la construcción levantó las medidas. Hubo marchas y reclamos antes del acuerdo. La presión gremial fue clave. El gobierno respaldó ese pedido y logró que se firmara el convenio.

En este momento hay 280 trabajadores en obra. Casi 180 son rionegrinos. Los datos fueron confirmados por Avilés. La base administrativa funciona en Villa Regina. El obrador principal está ubicado en Chichinales.


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La funcionaria valoró el esfuerzo provincial. Dijo que la capacitación fue esencial. “Durante 2024 certificamos a más de 3.900 personas”, afirmó. El objetivo es garantizar que haya personal apto para los trabajos que demanda el oleoducto.

El proceso de formación incluyó cursos y prácticas. Se trabajó con sindicatos y municipios. El plan buscó preparar a los rionegrinos para insertarse en obras clave. La construcción del oleoducto representa una oportunidad laboral concreta.

El gobierno monitorea el cumplimiento del acuerdo. Las secretarías de Trabajo y Energía coordinan esa tarea. Exigen los listados de personal cada quince días. Verifican nombres, tareas y categorías. También piden datos de residencia.

El seguimiento es permanente. No hay relajamiento, advirtió Avilés. “Estamos controlando en todo momento”, remarcó. La funcionaria explicó que no basta con firmar un papel. Hay que garantizar que se cumpla en la práctica.

El gobernador Alberto Weretilneck impulsó esta política. Pidió empleo para los habitantes de Río Negro. Rechazó el ingreso masivo de trabajadores foráneos. Aseguró que la provincia tiene recursos humanos suficientes.

El oleoducto es clave para la infraestructura energética. Permitirá trasladar petróleo desde Vaca Muerta. El tramo rionegrino forma parte de ese proyecto. La obra genera cientos de puestos laborales. El impacto económico es significativo.

La contratación local genera arraigo. También fortalece el entramado social. El empleo formal mejora la calidad de vida de los trabajadores. Las familias rionegrinas sienten los beneficios en forma directa.


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El convenio también prevé futuras capacitaciones. El gobierno no quiere frenar los cursos. Planean formar más técnicos y operarios. Las obras energéticas seguirán creciendo. La provincia se prepara para ese desafío.

La conflictividad gremial bajó tras el acuerdo. El sindicato valoró el compromiso estatal. Las empresas cumplieron con los porcentajes acordados. También colaboran en el monitoreo. Hay una mesa tripartita activa.

El seguimiento se hace obra por obra. Cada tramo tiene particularidades. La exigencia del 80 por ciento es para toda la provincia. No se aceptan excepciones sin justificación. Si no hay técnicos locales, deben demostrarlo.

Los trabajadores rionegrinos ganan protagonismo. Están presentes en todos los sectores del proyecto. Desde soldadores hasta administrativos, hay presencia local. La capacitación previa fue decisiva. La experiencia comienza a consolidarse.

La secretaria Avilés pidió continuar con esta línea. Destacó el trabajo conjunto. “Sin la articulación no podríamos haber logrado esto”, dijo. También elogió la voluntad de diálogo del sindicato. La unidad permitió resolver un conflicto histórico.

El modelo podría replicarse en otras provincias. Las obras energéticas exigen mano de obra calificada. Capacitar y emplear localmente se vuelve una prioridad. La experiencia rionegrina puede marcar el camino.

El monitoreo no se detendrá al terminar la obra. El gobierno ya evalúa la inserción laboral posterior. Los trabajadores calificados podrán participar de nuevas licitaciones. La continuidad es parte de la estrategia oficial.


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El impacto también llega a los comercios locales. La presencia de obreros dinamiza la economía. Chichinales y Villa Regina ya lo sienten. Hoteles, comedores y ferreterías aumentaron su actividad. La obra derrama en varios sectores.

La experiencia fortalece el reclamo federal. Las provincias quieren participar del negocio energético. No sólo como territorios extractivos, sino como generadores de trabajo. Río Negro apuesta a ese modelo con empleo local garantizado.

El convenio firmado en febrero marcó un antes y un después. El empleo rionegrino ahora está protegido por ley y por práctica. Las cifras lo demuestran. El monitoreo lo confirma. El compromiso político sostiene la medida.