La UIA reclama medidas proteccionistas de la industria nacional
La Unión Industrial Argentina expresó una fuerte preocupación por los aranceles que Estados Unidos aplicará sobre las exportaciones argentinas. "Estamos muy preocupados", afirmó Funes de Rioja, titular de la entidad. El reclamo incluye baja de impuestos y reformas estructurales.
La decisión norteamericana representa un giro en su política comercial. Argentina ya venía afectada por la pérdida de competitividad. El nuevo contexto internacional podría agravar esa situación. Los industriales sienten que se desequilibra aún más el terreno.
El gobierno estadounidense impuso un arancel del 10% para exportaciones generales y del 25% para aluminio y acero. La política se enmarca en el lema “America First Trade Policy”. Argentina no quedó afuera de sus efectos.
Funes de Rioja cuestionó la medida y su alcance global. "No cabe la menor duda de que es una medida disruptiva", dijo. “Los procesos de apertura e integración comercial se ven alterados.” La aplicación alcanza a 185 países.
La tasa promedio que pagaban las exportaciones argentinas era de 4,3%. Ahora, ese porcentaje se eleva drásticamente. La UIA considera que esto no solo afecta las ventas externas, sino que pone en jaque la sustentabilidad de muchas industrias.
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“Esto tiene un impacto en la economía mundial, y va a repercutir también en la argentina”, señaló Funes de Rioja. Advirtió que el país debe repensar su estrategia ante el nuevo escenario. Llamó a equilibrar las reglas del comercio.
Estados Unidos es el tercer socio comercial de la Argentina. El 67% de las exportaciones argentinas a ese destino se concentra en diez productos: petróleo, oro, aluminio, nafta, vinos, carne bovina, miel, azúcar, aceite de soja y hormonas.
Además, EE.UU. es el principal inversor extranjero en el país. Hay más de 400 empresas estadounidenses con presencia activa en Argentina. La relación bilateral se vuelve estratégica y delicada ante este tipo de medidas.
Funes de Rioja sostuvo que la producción argentina no representa un riesgo para EE.UU. “No es la producción argentina lo que está esquilmando a Estados Unidos”, afirmó. Por eso pidió una gestión diplomática firme.
El canciller Gerardo Werthein tiene programadas reuniones con autoridades estadounidenses. La UIA espera que pueda transmitir el impacto negativo que estos aranceles generan en la economía argentina.
“No es un dato bueno. No es de impacto neutro”, insistió Funes de Rioja. Consideró que Argentina hizo avances macroeconómicos, pero que ahora deben profundizarse las reformas estructurales pendientes.
Entre esas reformas, mencionó la fiscal, la laboral, la de infraestructura y la logística. Dijo que son urgentes para recuperar competitividad. “Quedan las reformas estructurales”, insistió el titular de la UIA.
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También se refirió a la flexibilización de importaciones que aplicó el gobierno nacional. Opinó que la apertura comercial sin respaldo fiscal ni productivo profundiza los desequilibrios internos.
“Argentina tiene un gran problema de competitividad histórico”, sostuvo. Propuso revisar todos los impuestos: nacionales, provinciales y municipales. El sistema actual, según la UIA, resta margen a la producción.
“Bajar los aranceles no puede estar separado de revisar a la baja los impuestos”, enfatizó. Planteó que el país necesita un entorno que premie la producción y el trabajo. Pidió medidas integrales, no parches aislados.
Funes de Rioja alertó que varios sectores industriales podrían entrar en zona de riesgo. Mencionó especialmente aquellos con alta intensidad de mano de obra. La situación actual les impide competir con mercados externos.
“Si se mantiene esta línea y no se equilibra el terreno, la producción será muy dificultosa”, advirtió. Las consecuencias no serán solo económicas, también afectarán el empleo en muchas regiones del país.
Negó que los reclamos empresariales respondan a intereses mezquinos. “Nosotros no estamos pidiendo cosas de lástima”, aclaró. Reclamó una política que respalde a quienes invierten y producen en el país.
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Denunció que muchas empresas arrastran deudas fiscales por cobros indebidos. Mencionó el impuesto PAÍS, anticipos de Ingresos Brutos y otros tributos mal liquidados. Ese dinero, según dijo, representa capital de trabajo.
“¿Ustedes saben los montos que se deben por pagos de más?”, preguntó. Exigió soluciones inmediatas para devolver liquidez a las pymes y mejorar las condiciones de producción.
El planteo empresario no se reduce a una cuestión contable. Para la UIA, está en juego el futuro de varios sectores. Las decisiones de política exterior deben ir acompañadas de estrategias de desarrollo interno.
“Nivelemos la cancha. Queremos integrarnos al mundo”, cerró. La frase resume el eje de la postura industrial: comercio sí, pero en igualdad de condiciones.
El contexto internacional cambió. La política comercial de Estados Unidos marca una nueva etapa. Argentina necesita una estrategia clara, coherente y sustentable.
El reclamo empresarial busca que el Estado tome nota. La UIA advierte que sin respuestas rápidas, muchas industrias podrían caer. Y con ellas, miles de puestos de trabajo.
La competitividad ya era un problema antes de los nuevos aranceles. Ahora se volvió una urgencia. El tiempo para reaccionar es corto. El desafío no es resistir, sino transformar.