
La "Mujer de la fila" explica una mirada distinta sobre la cárcel desde el cine
Enfoques28/09/2025
REDACCIÓN
La película "La mujer de la fila" se exhibe en Espacio INCAA de Puerto Madryn y abre un debate sobre el rol de las familias en el sistema penitenciario. En diálogo con #MODO17 por #LA17, el director Benjamín Ávila trazó el marco de una historia que sitúa a una madre frente a sus propios prejuicios cuando su hijo ingresa en prisión.


Ávila relató que el punto de partida es la experiencia de Andrea Casamento. La protagonista de la historia asiste a marchas punitivas en 2004 y, una semana más tarde, debe comenzar “la fila” para visitar a su hijo detenido. “La mujer de la fila para poder entrar a ver a su hijo”, resumió el realizador al explicar el título y la escena que ordena el relato.
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El director subrayó que el film mira la cárcel desde un ángulo poco atendido en la conversación pública. “Es una película que viene a visibilizar algo que no se ve”, dijo, al tiempo que ubicó a las familias como un actor que sostiene la cotidianeidad, pero que queda fuera de los relatos habituales.
La entrevista avanzó sobre la cercanía social del fenómeno carcelario. “Si nosotros nos preguntamos cuál lejos de uno está la cárcel… no está más de dos personas a distancia”, planteó Ávila, aludiendo al silencio que muchas familias adoptan por temor a estigmas en el trabajo o en la escuela.
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El equipo incorporó a mujeres que integran la asociación de familiares (ACiFaD) para reforzar procedimientos y escenas. “Las mujeres de la fila que hay en la película, son las mujeres de la fila real”, explicó Ávila, quien destacó cómo esos aportes ajustan detalles sobre ingresos, requisas y rutinas de visita.
La obra también circula en ámbitos judiciales y penitenciarios. En San Juan se proyectó ante jueces de ejecución penal y originó un intercambio sobre prácticas concretas dentro de las unidades. Ávila narró que, en un taller con internos, una escena sobre requisas detuvo la función y abrió preguntas sobre lo que viven las familias al ingresar a los penales.
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La conversación incluyó la elección de Natalia Oreiro para el papel central. El realizador la definió como una actriz idónea por edad y registro, y recordó su respuesta al leer el guion y conocer a las familias: “Acá estoy, vamos para adelante”. El actor madrynense Julián Ekar, parte del elenco, contó cómo la presencia de las protagonistas reales afinó la verosimilitud en el set.
Ávila sostuvo que el cine puede abrir preguntas más que cerrar respuestas. “Yo creo que el cine es una herramienta de transformación y de visibilidad de cosas que no se ven”, expresó. La película, dijo, busca escuchar a todos los involucrados: internos, familias, personal penitenciario y operadores judiciales.
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El director remarcó que el film no discute condenas ni fallos, sino prácticas y vínculos. La trama se concentra en recorridos humanos, en redes de sostén y en posibilidades de acompañamiento. “Viene a abrir diálogos, a abrir una posibilidad de escucharnos”, afirmó durante la entrevista.


















