
Entre Ríos perdió 58.000 hectáreas de bosques y el Gualeguay entra en zona de riesgo
Actualidad08/10/2025
Sergio Bustos
La deforestación avanza sobre los ecosistemas más valiosos del Litoral. En apenas 15 años, Entre Ríos perdió cerca de 58.000 hectáreas de bosques nativos, según un estudio de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA). La reducción equivale al 8,4 % de la cobertura forestal de la cuenca del río Gualeguay, una de las zonas más productivas y ambientalmente frágiles de la región.


En el mismo período, la superficie agrícola creció 57.700 hectáreas, principalmente por la expansión de la soja. El avance transformó el paisaje entrerriano: los pastizales y montes dieron paso a cultivos intensivos, alterando procesos naturales esenciales. Los investigadores advierten que estos cambios afectan el ciclo del agua, reducen la biodiversidad y aumentan el riesgo de inundaciones.
“Los bosques brindan múltiples beneficios: albergan fauna, capturan carbono y actúan como esponjas naturales durante las lluvias”, explicó Federico Minardi, autor del trabajo y egresado de la Especialización en Teledetección y SIG de la FAUBA. Sin embargo, remarcó que “hace décadas que los bosques sufren el avance agrícola sin freno”.
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El estudio, basado en imágenes satelitales y relevamientos de campo, confirma una reducción significativa de la superficie boscosa, aunque todavía persiste un 40 % de cobertura forestal en la cuenca. Esa porción actúa como amortiguador ante el cambio de uso del suelo. “Cuando reemplazamos bosques por agricultura, el consumo de agua disminuye, las napas suben y los suelos pierden capacidad de absorción”, advirtió Minardi.
Lo llamativo es que el régimen de caudales del Gualeguay no mostró cambios extremos entre 2006 y 2019, a diferencia de otras cuencas similares. Para los investigadores, la diferencia está en la proporción de bosques que aún se conservan, que cumplen un rol ecológico determinante al regular las crecidas.
La cuenca del Gualeguay tiene un valor estratégico. El río recorre más de 600 kilómetros y atraviesa zonas bajas que dependen de un delicado equilibrio entre agricultura, ganadería y bosques ribereños. Cuando esa relación se rompe, las inundaciones se vuelven más frecuentes y severas, con consecuencias económicas y sociales directas para las comunidades rurales.
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La Ley Nacional de Bosques (26.331) ordena a las provincias realizar un ordenamiento territorial de sus áreas forestales. En el caso del Gualeguay, solo el 13 % del territorio puede desmontarse legalmente. El resto debería permanecer protegido, pero los controles son débiles y los desmontes ilegales persisten, sumados a incendios recurrentes que agravan la pérdida de cobertura.
El fenómeno entrerriano forma parte de una tendencia nacional. Argentina perdió más de 2,8 millones de hectáreas de bosques nativos entre 2006 y 2023, concentradas principalmente en el norte: Santiago del Estero, Salta, Chaco y Formosa aportan más del 80 % del total desmontado. En Entre Ríos, el impacto se da sobre suelos productivos con alta fragilidad hídrica, lo que multiplica los riesgos.
“Los bosques nativos son el mejor seguro ambiental que tenemos. No podemos darnos el lujo de seguir perdiéndolos”, concluyó Minardi. El estudio busca servir de base para políticas públicas que armonizen producción y conservación, evitando repetir errores que ya tuvieron consecuencias severas en otras regiones del país.















