La Patagonia emerge como territorio decisivo en la nueva estrategia energética nacional

Actualidad14/10/2025Sergio BustosSergio Bustos
vaca muerta record
El RIGI no impacta en Chubut.

La Patagonia argentina dejó de ser una periferia económica para convertirse en el centro de una pulseada estratégica por el control de los recursos naturales y la infraestructura energética. En apenas un año, el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) atrajo proyectos por más de USD 10.000 millones en Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz, según un informe de la Universidad Austral que analizó el impacto territorial del programa.

El trabajo, elaborado por el Centro de Estudios de Gobernanza Global, destaca que siete proyectos ya fueron aprobados a nivel nacional, varios de ellos en la Patagonia. La magnitud de las inversiones y su concentración geográfica revelan un giro político profundo: el sur argentino se perfila como una pieza estratégica en la agenda energética y exportadora del país.

Entre las iniciativas más relevantes figura el Oleoducto Vaca Muerta Sur, con un presupuesto de USD 3.000 millones. La obra conectará la cuenca neuquina con el puerto rionegrino de Punta Colorada, abriendo una vía directa al Atlántico para la exportación de hidrocarburos. El consorcio detrás del proyecto incluye a YPF, PAE, Vista Energy, Pampa Energía, Chevron, Pluspetrol y Shell, un conglomerado que confirma el interés de las grandes petroleras en asegurar infraestructura clave.


OTRAS NOTICIAS

EstudiantesVolver a estudiar en tiempos de inteligencia artificial redefine el modo de aprender y pensar

En paralelo, el buque de licuefacción de gas natural en Río Negro, liderado por Southern Energy y Golar LNG, representa una inversión de USD 6.878 millones, orientada a consolidar un polo de exportación de gas natural licuado. Esta obra no sólo refuerza la posición argentina en el mercado global de energía, sino que instala a la Patagonia como plataforma logística para el comercio internacional de gas.

Más allá de los números, lo que está en juego es poder político y control territorial. La concentración de proyectos en infraestructura energética convierte a la región patagónica en un actor geopolítico con peso propio, en un contexto global marcado por la competencia por recursos estratégicos y la transición hacia energías menos contaminantes. El mapa de inversiones anticipa un reordenamiento de las relaciones entre Nación, provincias y corporaciones.

En Chubut y Santa Cruz todavía no se difundieron proyectos específicos aprobados bajo el RIGI, pero los analistas esperan que la ola de capitales se extienda hacia sectores mineros y energéticos, aprovechando el potencial natural de ambas provincias. Estas jurisdicciones podrían transformarse en las próximas protagonistas de la expansión productiva, con impactos directos en empleo, infraestructura y política local.


OTRAS NOTICIAS

comisaria sierra grandeHallaron a un hombre de 71 años gravemente herido en su casa y la Justicia investiga el caso

La Universidad Austral advierte que la oportunidad económica viene acompañada de una exigencia institucional: es necesaria una gobernanza federal clara para evitar que las decisiones se concentren en pocos actores. El riesgo de que los proyectos avancen sin coordinación efectiva entre Nación y provincias podría profundizar desigualdades y tensiones políticas.

En ese escenario, los gobiernos provinciales tienen un papel decisivo. Su capacidad para negociar condiciones, garantizar beneficios locales y definir estrategias de largo plazo determinará si la región gana protagonismo real o queda subordinada a intereses externos. El debate sobre regalías, infraestructura complementaria y participación local ya empezó a escalar en los ámbitos legislativos y gremiales.

La magnitud de las inversiones también interpela a la política nacional. El RIGI, impulsado como herramienta para captar capitales, abrió un frente de discusión sobre soberanía, control de recursos y distribución de beneficios. La Patagonia aparece como territorio donde se cruzan intereses energéticos, económicos y políticos, con proyección internacional.

El tablero geopolítico global añade presión. En un contexto de tensiones por el acceso a hidrocarburos y minerales estratégicos, la posición argentina como proveedor confiable dependerá de cómo gestione esta ola de inversiones. La región sur tiene la posibilidad de consolidarse como plataforma energética del país, pero para lograrlo se necesita planificación, acuerdos federales y una visión política que trascienda coyunturas.

La combinación de recursos estratégicos, ubicación geográfica y capitales en juego convierte a la Patagonia en un eje de poder. No se trata solo de obras o cifras: es una disputa por el futuro energético y político de la Argentina, donde la región sur dejó de ser un borde para transformarse en centro.

Te puede interesar

Suscribite al newsletter de #LA17