Leandro Paredes quedó al borde de la suspensión luego del polémico arbitraje de Dóvalo

El encuentro, que terminó con derrota para el equipo de Diego Martínez, no solo complicó las aspiraciones de Boca en su pelea por ingresar a la próxima Copa Libertadores, sino que también expuso un arbitraje que fue considerado “desparejo” por parte del plantel. El penal cobrado a favor de Belgrano y la tarjeta amarilla a Paredes fueron los principales focos de reclamo.

Según relataron allegados al cuerpo técnico, la jugada que desató la polémica se produjo en un contragolpe del conjunto cordobés, cuando Paredes rozó a Lucas Passerini. Dóvalo, que se encontraba de espaldas a la acción, decidió amonestar al mediocampista tras consultar con el asistente, lo que generó la inmediata protesta de los jugadores de Boca.

“Nos vamos con bronca porque sentimos que las decisiones no fueron parejas”, expresó un integrante del cuerpo técnico luego del partido. Desde el club señalaron que la falta sancionada “fue mínima y difícil de ver en la dinámica del juego”, apuntando directamente al desempeño del árbitro.

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Con esta amonestación, Paredes llegó a su cuarta tarjeta amarilla y deberá extremar precauciones en los próximos compromisos frente a Barracas Central y Estudiantes de La Plata, antes de recibir a River en la Bombonera. “Sabemos que Leandro es clave y tiene que jugar con cabeza fría porque lo necesitamos en todos los partidos”, confió un miembro del cuerpo técnico.

En condiciones normales, el mediocampista podría buscar la quinta amarilla ante Barracas para cumplir la suspensión y llegar limpio al superclásico. Sin embargo, la necesidad de sumar puntos en el tramo final del torneo complica esa posibilidad. “Cada encuentro es una final y no podemos darnos el lujo de perder a un jugador como Paredes”, admitieron desde el vestuario.

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La preocupación también alcanza a Lautaro Di Lollo, quien acumuló su cuarta amonestación en la derrota anterior frente a Defensa y Justicia. El defensor central se transformó en una pieza esencial en la última línea del equipo, aunque su lugar podría ser ocupado por Nicolás Figal si debe cumplir sanción. “Está jugando al límite, pero demuestra mucha madurez para manejar la situación”, destacaron desde el cuerpo técnico.

El entrenador Diego Martínez deberá administrar con cautela las cargas físicas y las cuestiones disciplinarias en una etapa decisiva. Boca se encuentra en plena pelea por clasificar a la Libertadores, y cada punto perdido puede ser determinante en la recta final del torneo Clausura.

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Mientras tanto, en el predio de Ezeiza se trabaja para recuperar el ánimo tras una derrota que dejó heridas. Los futbolistas coinciden en que el equipo debe mantener la calma y reencontrar su identidad futbolística, sin dejarse arrastrar por la frustración o la presión externa.

La Bombonera será el escenario de un cierre de campeonato cargado de expectativas. Con el clásico en el horizonte, Boca buscará mantener la concentración, evitar sanciones innecesarias y recuperar la fortaleza colectiva que lo caracteriza. En ese contexto, la presencia de Paredes se vuelve indispensable para sostener el equilibrio y el liderazgo dentro del campo.