China lanza su ofensiva orbital: una red de 48.000 satélites para controlar internet global

Actualidad21/10/2025Sergio BustosSergio Bustos
satelites chinos
Una red de satélites planea China.

China dio un paso estratégico para dominar el futuro de las telecomunicaciones. Presentó un proyecto para desplegar 48.000 satélites interconectados que orbitan la Tierra como parte de una red única y coordinada mediante inteligencia artificial.

La iniciativa se llama OSSMC (Open, Shared and Sustainable Mega Constellation) y fue desarrollada por investigadores de la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa de China. Se detalla en la revista científica National Science Review y ya genera expectativas en el sector espacial.

El objetivo es ambicioso: crear una “nube orbital” compartida, capaz de proveer internet, navegación y comunicaciones a cualquier punto del planeta, sin depender de antenas terrestres ni cables submarinos. “Este sistema permitiría una cobertura diez veces mayor que la actual y reduciría significativamente los costos operativos”, explicaron los investigadores.

Cada satélite tendría una estructura modular. A diferencia de los equipos tradicionales, diseñados para una sola función, estas unidades combinarían sensores, procesadores de IA y sistemas de red, adaptándose dinámicamente a las necesidades del momento. Podrían pasar de transmitir datos a observar la superficie terrestre en cuestión de minutos.


OTRAS NOTICIAS

Desarticulan en Neuquén una red trasnacional dedicada al tráfico ilegal de personas y contrabandoDesarticulan una red trasnacional dedicada al tráfico ilegal de personas y contrabando

La propuesta incorpora una nube orbital inteligente, que administra recursos y asigna tareas como lo hace una red de computación en la nube. Un usuario en tierra podría conectarse desde su celular y solicitar servicios satelitales “a demanda”, con una tasa de éxito del 97% en las simulaciones.

“No se trata solo de lanzar satélites, sino de crear un ecosistema espacial cooperativo”, remarcaron los científicos chinos. Esta arquitectura pretende evitar duplicaciones, reducir la congestión en la órbita baja y maximizar el uso de cada nave en servicio.

La magnitud del proyecto también plantea un nuevo equilibrio en la carrera espacial. El plan chino aparece como alternativa directa a Starlink, la constelación de SpaceX que ya cuenta con más de 6.000 satélites activos y proyecta superar los 42.000. Mientras Starlink avanza con un modelo privado y cerrado, China propone una infraestructura abierta y compartida bajo control estatal.

El contexto geopolítico no es menor. Pekín busca garantizar independencia tecnológica frente a Occidente y, al mismo tiempo, expandir su influencia sobre los flujos globales de información, un terreno donde Estados Unidos domina desde hace décadas. Controlar la red satelital es también controlar la conectividad y los datos estratégicos.


OTRAS NOTICIAS

Carlos Bottazzi en los estudios de LA17Carlos Bottazzi: “Hay que animarse a cambiar las reglas y levantar la vara en la política"

Desde el punto de vista técnico, los desafíos son enormes. Coordinar decenas de miles de satélites en una misma red requiere un salto en software, gestión orbital y capacidad de procesamiento, además de medidas para evitar colisiones y mitigar la basura espacial.

Los investigadores afirman que el sistema modular permitirá reparar, actualizar o reemplazar satélites sin interrumpir la red, un enfoque inspirado en la arquitectura flexible de internet terrestre. Además, cada unidad podrá “conversar” con otras en tiempo real para redistribuir tareas en caso de fallas.

Este modelo podría cambiar radicalmente la relación entre los usuarios y la infraestructura de comunicaciones. En vez de depender de torres de telefonía o cableado físico, la conectividad estaría en el cielo, accesible desde cualquier punto del planeta, incluso zonas rurales o aisladas.

El impacto económico sería enorme. Al reducir costos y ampliar cobertura, la constelación china podría competir directamente con operadores globales y abrir nuevos mercados en África, América Latina y Asia, donde el acceso a internet todavía es limitado.

Si el proyecto avanza, marcará el inicio de una nueva etapa en la carrera espacial, en la que los satélites dejarán de ser herramientas complementarias para convertirse en el corazón de la conectividad global. Y, esta vez, el liderazgo podría no estar en Silicon Valley, sino en Pekín.

Te puede interesar

Suscribite al newsletter de #LA17