

Mauro Icardi volvió a ganar una batalla en los tribunales. Esta vez, el delantero logró que la Justicia aceptara su pedido de restricción hacia Wanda Nara y Martín Migueles, actual pareja de la mediática.


Todo comenzó con un video que Wanda subió a sus redes, donde Migueles acariciaba la cabeza de una de las hijas de Icardi, dormida en un sillón. La escena desató la furia del futbolista, que consideró que el gesto fue inapropiado.
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Según reveló Gustavo Méndez en el programa “Mujeres Argentinas”, Icardi presentó un pedido de “protección y cuidado personal” para sus hijas menores.
El documento judicial exige que Nara “se abstenga de permitir cualquier contacto físico, caricias o tocamientos” de Migueles hacia las niñas. Además, advierte sobre severas sanciones económicas en caso de incumplimiento.

El texto establece una multa inicial de 100 millones de pesos, con posibilidad de elevarla a 500 millones si se repite la situación. Una decisión que muestra el nivel de tensión entre las partes.
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“Mauro sintió que se cruzó un límite que no piensa tolerar”, contaron fuentes cercanas al futbolista, que actualmente vive en Turquía junto a sus hijas cuando no están con su madre.
En el entorno de Wanda, en cambio, aseguran que la medida es “excesiva” y que el gesto de Migueles “no tuvo ninguna intención inapropiada”. La mediática, hasta el momento, evitó pronunciarse públicamente.
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El conflicto suma así un nuevo capítulo a una historia que parece no tener fin. Desde la separación, la relación entre Icardi y Nara se volvió un campo de batalla legal, donde cada gesto puede derivar en un expediente.
Mientras tanto, el jugador del Galatasaray se muestra enfocado en su carrera y en mantener el contacto constante con sus hijas, a quienes definió en más de una ocasión como “su prioridad absoluta”.
Fuente: Pronto


















