Chubut debería tener al menos siete bancas de diputados nacionales

Este domingo se elegirán 127 diputados nacionales en todo el país, pero el número de representantes por provincia sigue atado a una ley firmada durante la última dictadura militar. La norma 22.847, promulgada en julio de 1983, fue la base de la convocatoria electoral que devolvió la democracia. Sin embargo, su contenido nunca se revisó en más de 40 años.

El texto fijó una representación de un diputado cada 161.000 habitantes, más tres bancas adicionales por distrito y un piso mínimo de cinco diputados por provincia. Aquella cuenta se hizo con los datos del censo de 1980, cuando la Argentina tenía 27,9 millones de habitantes. Hoy, con más de 45,8 millones según el censo 2022, la representación legislativa está desfasada en más de una generación.

Chubut es uno de los distritos más perjudicados por esa desactualización. Actualmente cuenta con solo cinco diputados nacionales, una cifra que no refleja su crecimiento poblacional ni su peso económico dentro de la Patagonia. Si se aplicara el mismo método con datos actuales, la provincia debería tener al menos seis o siete bancas.

El contraste con otras provincias es notorio. La Pampa, La Rioja y Santa Cruz también tienen cinco diputados, pero registran poblaciones mucho menores. Tierra del Fuego, por ejemplo, apenas supera los 180.000 habitantes y conserva el mismo número mínimo gracias a la cláusula de la ley de 1983.

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El resultado es un desequilibrio federal que distorsiona la representación política. Mientras Buenos Aires —la más afectada— tiene menos bancas de las que debería, varios distritos pequeños multiplican su peso dentro del Congreso. En términos prácticos, el voto de un chubutense vale menos que el de un pampeano o un fueguino, aunque viva en una provincia con mayor producción, más población urbana y un territorio diez veces más extenso.

La Constitución Nacional, en su artículo 45, establece que la composición de la Cámara de Diputados debe actualizarse luego de cada censo, pero el Congreso nunca lo hizo. Desde 1983 hasta hoy, ninguna fuerza política impulsó una revisión integral del reparto, pese a que los censos de 1991, 2001, 2010 y 2022 mostraron grandes cambios demográficos.

En el caso de Chubut, el crecimiento poblacional fue sostenido. Pasó de 357.000 habitantes en 1980 a más de 603.000 en 2022, un aumento del 69%. Sin embargo, la provincia sigue teniendo la misma cantidad de diputados que hace cuatro décadas. En la práctica, eso significa menos representación por habitante y menor influencia en las decisiones nacionales.

El impacto se siente en todos los temas: presupuesto, obras públicas, educación, energía y recursos naturales. Con solo cinco diputados, Chubut tiene menos capacidad para incidir en votaciones claves del Congreso, a diferencia de provincias con igual o menor tamaño poblacional.

Expertos en derecho constitucional sostienen que una nueva ley de representación es imprescindible. De lo contrario, se seguirá votando bajo un esquema que perpetúa las desigualdades del interior frente al centro del país. El argumento es simple: si los censos cambian, la representación también debe cambiar.

El debate por la actualización vuelve a escena en cada elección, pero nunca se concreta. El federalismo se debilita cuando los números no se ajustan a la realidad, y provincias como Chubut quedan atrapadas en un esquema que las subestima políticamente.

A 41 años de la recuperación democrática, el país sigue eligiendo diputados con una norma escrita por un gobierno de facto. La ley de la dictadura aún define cuántas voces tiene cada provincia en el Congreso, y la de Chubut, por ahora, sigue siendo una de las más silenciadas.