
Violencia en el clásico rosarino de futsal: el partido terminó con incidentes y heridos
Deporte29/10/2025
REDACCIÓN
El clásico de fútbol de salón entre Newell’s y Rosario Central volvió a quedar opacado por la violencia. Lo que debía ser una noche de pasión y deporte en el estadio cubierto del Parque Independencia terminó con agresiones, destrozos y denuncias. El partido, correspondiente al torneo de primera división de Arofusa, finalizó 1 a 1, pero el resultado quedó en segundo plano.


El encuentro, jugado el pasado 21 de octubre, se desarrolló con la intensidad típica de un clásico. Hubo roces, discusiones y una acción insólita: un jugador de Newell’s mordió a un rival, lo que derivó en tarjeta azul para ambos. Hasta ese momento, el duelo no había pasado de la tensión normal de este tipo de enfrentamientos.
Pero el verdadero escándalo se desató tras el final del partido. Según informes oficiales, un grupo de personas atacó a la delegación de Rosario Central mientras se retiraba del estadio. Lo que empezó como un partido cerrado terminó convertido en una emboscada.

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El Tribunal de Disciplina de la Asociación Rosarina de Fútbol de Salón confirmó los hechos en un documento al que accedió La 17. Allí se señala que hubo “daños a la propiedad privada del plantel visitante”, en referencia a los autos de los jugadores canallas. Las imágenes mostraron vehículos rayados, espejos rotos y abolladuras.
El mismo informe detalla graves fallas en la seguridad interna del club local. “Se verificó una falla sustancial en el control del personal policial y de seguridad privada”, dice el texto. Esa omisión habría permitido la entrada de entre 35 y 50 personas ajenas al evento deportivo.
Desde la delegación visitante contaron su versión. Los jugadores de Central esperaron dentro del estadio para evitar salir con ropa identificatoria del club. “Cuando fuimos al estacionamiento, vimos los autos dañados y enseguida ingresó un grupo con camisetas de Newell’s”, explicaron.
La situación escaló en segundos. Los agresores lanzaron insultos, golpes y objetos contundentes contra los futbolistas y allegados. Uno de los jugadores sufrió cortes en el cuello al romperse el vidrio de su vehículo por una piedra lanzada desde el grupo atacante.
Otro integrante del plantel fue golpeado en la cabeza con un palo, aunque el casco de su moto evitó una lesión más grave. Las corridas se extendieron por unos 300 metros dentro del parque Independencia, generando un escenario de caos absoluto.
El informe de Arofusa fue contundente en sus conclusiones. Calificó el hecho como “una falla grave de seguridad institucional” y adelantó que se evaluarán sanciones ejemplificadoras. Además, se abrió una investigación interna para determinar responsabilidades.
Hasta el momento, Newell’s no emitió un comunicado oficial. Dirigentes de la institución prefirieron no hacer declaraciones públicas. En tanto, Rosario Central exigió una respuesta rápida y medidas que garanticen la integridad de los deportistas.
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“No queremos volver a vivir algo así. Esto no es deporte”, expresó un directivo canalla consultado por este medio. El plantel recibió apoyo del club y de la Asociación Rosarina. La prioridad ahora es que se esclarezcan los hechos y se castigue a los responsables.
La violencia volvió a imponerse en un clásico que debía ser ejemplo de convivencia deportiva. Lo ocurrido dejó en evidencia la necesidad de mejorar los operativos de seguridad y el control dentro de los clubes. El futsal rosarino, una disciplina en crecimiento, no merece cargar con esta imagen.
El Tribunal de Disciplina de Arofusa tratará el caso en su próxima sesión. Podrían aplicarse sanciones económicas y deportivas a las instituciones involucradas. Mientras tanto, la investigación continúa y el repudio crece en todo el ambiente del fútbol local.
En Rosario, el clásico es sinónimo de pasión, pero cada vez que esa pasión se transforma en violencia, pierde el deporte. El 1 a 1 quedó en el olvido: el resultado más doloroso fue el de la intolerancia.
















