
El cometa 3I/ATLAS sorprendió a los astrónomos con un cambio de trayectoria imposible de explicar
Actualidad01/11/2025
REDACCIÓN
El cometa 3I/ATLAS desconcertó a los astrónomos tras modificar inesperadamente su trayectoria mientras atravesaba su punto más cercano al Sol. Se trata del tercer objeto interestelar confirmado que ingresa a nuestro sistema solar y su comportamiento vuelve a poner en discusión la naturaleza de estos visitantes cósmicos.


Según reportes de observatorios internacionales, el cometa mostró una aceleración no gravitacional, lo que significa que se movió impulsado por una fuerza adicional ajena a la atracción solar. “El cambio no puede explicarse solo por la gravedad”, explicó el astrofísico de Harvard Avi Loeb, quien analizó los datos y advirtió que la magnitud del empuje “supera lo esperable para un objeto natural”.
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Loeb sostiene que la causa más probable es la sublimación de hielo —cuando los gases se liberan por el calor solar—, aunque aclara que el cometa habría perdido cerca del 10% de su masa en el proceso, una cifra inusual. Además, el 3I/ATLAS experimentó una desviación lateral, no solo radial, lo que indica una fuerza que lo empuja también hacia los costados.
Otro dato que llamó la atención es que el objeto cambió su coloración hacia el azul, algo poco común en cuerpos que se calientan al acercarse al Sol. “Esto sugiere una composición diferente a la de los cometas típicos de nuestro sistema solar”, señalaron investigadores del Instituto Max Planck.
A diferencia del cometa Borisov, que tuvo un tránsito estable, el 3I/ATLAS parece desintegrarse con rapidez, expulsando material a gran escala. Esta conducta, sumada a las anomalías de su trayectoria, reavivó las comparaciones con ‘Oumuamua’, el primer visitante interestelar descubierto en 2017, que también desafió las expectativas científicas.
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“Debemos mantener la mente abierta. Tal vez sea un fenómeno natural extremo, o algo más que aún no comprendemos”, dijo Loeb, aunque la mayoría de la comunidad científica prefiere una explicación convencional.
El perihelio ocurrió el 29 de octubre, y mientras el cometa se aleja del Sol, la ventana de observación se reduce. No representa ningún riesgo para la Tierra, ya que su distancia mínima fue de unos 270 millones de kilómetros, pero su comportamiento deja una incógnita: por qué los tres objetos interestelares detectados hasta ahora se comportan de manera tan distinta.
Fuente: La Prensa
















