De Ushuaia al frente de guerra: el drama del joven argentino atrapado en Rusia
Actualidad09/11/2025
Sergio Bustos
El joven quiere huir de la guerra.
Lo que comenzó como un viaje de estudio se transformó en una pesadilla. Gianni Dante Bettiga, un joven de 23 años nacido en Ushuaia, viajó en febrero a Rusia para aprender el idioma y conocer su cultura. Pero hoy, lejos de las aulas universitarias, se encuentra en el frente de batalla en Ucrania, sin poder regresar.
Su padre, Juan Bettiga, contó que recibió un mensaje que lo dejó helado: “Estoy en el frente de batalla. Quiero volver a la Argentina pase lo que pase. Por favor, hagan algo para sacarme de acá. Te amo, pa”. Desde Ushuaia, intenta mantenerse fuerte, pero admite: “Leerlo me quebró, fue una bomba”.
Gianni llegó a Rusia con una visa de estudiante válida hasta noviembre. Estudiaba en la Universidad de Ekaterimburgo, a 1.600 kilómetros de Moscú. Sin embargo, dos compañeros brasileños lo convencieron de inscribirse en una empresa privada que contrataba extranjeros para tareas militares. Según su familia, aceptó pensando que no participaría de la guerra, pero terminó firmando un contrato en ruso que lo comprometía por tres años.
“Tuvo entrenamiento militar dos semanas cerca de Moscú y a la tercera lo mandaron a Donetsk”, relató su padre. Desde entonces, las comunicaciones son esporádicas, y cada mensaje llega como un alivio en medio de la angustia.
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“Mi hijo no tiene nada que ver con la vida militar. Nunca portó un arma”, dijo su madre, Carla Zucchi, docente y vecina de Ushuaia. “No concilio el sueño esperando que se comunique. Cada día sin noticias es una tortura”, agregó.
Acorralado, Gianni intentó renunciar al Ejército, pero la respuesta fue negativa. “Pa, acá no puedo joder mucho porque a los que quieren irse los tiran al bombo. Tengo que mantenerme fuerte”, le confesó en una llamada reciente.
El joven contó que duerme en un galpón lleno de ratas, dentro de una bolsa de dormir, y que llegó a pasar seis horas dentro de un tanque antes de evacuar por un bombardeo. “Pasamos una noche entera en un bosque, a oscuras, sin saber qué podía pasar”, escribió en uno de sus mensajes.
Para distraerse, le pidió a su padre que le enviara películas. Juan le mandó descargas de “House of Cards”, “Operación final” y “Los combatientes”. “Parece que está compenetrado en ese mundo, pero también muy asustado”, explicó.
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“Me dijo que no le tiene miedo a morir, pero sí a perder un brazo o una pierna. Eso me destrozó”, relató su padre. Detrás de cada comunicación se esconde el miedo de que sea la última.
Desesperados, los padres recurrieron a todos los contactos posibles. Hablaron con políticos, gestionaron con las embajadas argentina y rusa, y enviaron una carta al ministro de Defensa de Rusia, Andréi Beloúsov, pidiendo la liberación de su hijo.
En el documento, Juan explicó que padece cáncer de hígado y necesita la ayuda de Gianni para atravesar el tratamiento. “No voy a empezar la terapia hasta que sepa que mi hijo está a salvo. Necesito estar despierto por si me llama”, confesó.
El padre acompañó su pedido con certificados médicos y una copia del contrato militar. “Mi hijo sabe que nos estamos moviendo, que toda su familia y amigos lo quieren de vuelta. No será fácil, pero no voy a bajar los brazos”, sostuvo.
En Ushuaia, los Bettiga viven en una mezcla de miedo, esperanza y cansancio. Cada mensaje que llega desde el frente es una prueba de vida. “Solo queremos que vuelva. No importa cómo, no importa cuándo. Queremos abrazarlo de nuevo”, dijo su madre, quebrada.
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