
La vacunación infantil registra un retroceso y crece la preocupación sanitaria en Argentina
Actualidad13/11/2025
REDACCIÓN
La caída en las tasas de vacunación infantil encendió una alerta seria entre especialistas y equipos sanitarios de todo el país, mientras los últimos reportes oficiales confirmaron que los refuerzos exigidos entre los 5 y los 6 años tuvieron en 2024 los valores más bajos de la última década y media. Los datos muestran que menos de la mitad de los chicos recibió las dosis obligatorias del ingreso escolar, un nivel que deja expuesta a la población infantil frente a enfermedades que habían sido controladas.


El derrumbe alcanzó también a las vacunas previstas para los 11 años, donde todas las coberturas descendieron alrededor de diez puntos porcentuales. Entre estos refuerzos, la más afectada es la que protege contra el virus del papiloma humano (VPH), una infección que puede causar lesiones graves. Las cifras oficiales señalan que “apenas la mitad de las chicas y varones preadolescentes recibió la dosis única en 2024”, lo que rompe con los niveles previos registrados por el sistema.
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Los registros históricos permiten dimensionar la magnitud del retroceso: el refuerzo antipoliomielítico del ingreso escolar nunca había bajado del 84% entre 2009 y 2019. Sin embargo, este año quedó en 47,6%. La polio, aunque erradicada del país, sigue circulando en distintas regiones del mundo. El infectólogo Ricardo Rüttimann explicó que “si no se cumplen los esquemas, las enfermedades vuelven a entrar porque no están erradicadas del mundo”, y recordó que el riesgo existe incluso para quienes viajan a países con circulación activa.
La triple viral, indispensable para proteger contra paperas, rubéola y sarampión, también mostró una caída pronunciada. La cobertura de 2024 se ubicó en 46,7%, muy lejos del histórico cercano al 90%. Rüttimann remarcó que “el refuerzo de los 5 da protección de por vida y evita que los chicos actúen como vectores que pueden contagiar a bebés y otros grupos vulnerables”, una observación que coincide con las advertencias de la OPS ante el regreso de brotes de sarampión en varios países.
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Dentro del mismo esquema aparece la vacuna contra la varicela, cuyo objetivo es sostener una barrera comunitaria que proteja a embarazadas y adultos mayores. Este año, sólo el 45,8% de los chicos recibió la dosis, en un retroceso continuo que también se advierte en la triple bacteriana celular. Esta última es fundamental para prevenir la transmisión de tos convulsa, una enfermedad que impacta especialmente en bebés. La cobertura descendió hasta el 46,4%, un piso que no se había registrado en los informes previos.
Las dosis destinadas a preadolescentes presentan un cuadro similar. La triple bacteriana acelular, que refuerza la inmunidad contra difteria, tétanos y coqueluche, quedó en 54% tras años de caídas sucesivas. La vacuna contra el meningococo, considerada vital para evitar cuadros graves en menores de dos años, tampoco mostró avances. Los informes sanitarios detallan que “sólo el 51,9% de la población objetivo recibió la dosis correspondiente”, lo que preocupa a infectólogos por el rol transmisor de los chicos de 11 años.
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La baja sostenida en estos grupos convive con un mensaje oficial que había destacado mejoras en las coberturas generales. Sin embargo, esa lectura responde a una diferencia metodológica. El Ministerio de Salud incorporó en 2024 un indicador de “cobertura ampliada por cohorte”, que extiende la medición más allá del año calendario. El propio reporte explicó que “la evolución se debe a la incorporación del nuevo indicador”, que considera dosis aplicadas entre 2024 y los primeros ocho meses de 2025.
Este cambio metodológico genera discrepancias entre los informes históricos y los valores difundidos recientemente, lo que obliga a observar los datos con atención para no confundir tendencias. Mientras tanto, especialistas advierten que la caída de la vacunación no responde sólo a falta de acceso, sino también a dudas dentro del sistema médico. “La comunidad médica está teniendo dudas y eso hace proliferar el problema, si la madre pregunta y el pediatra duda”, señaló Rüttimann, quien enfatizó que las vacunas continúan siendo “hiperseguras y efectivas”.

















