Explosiones en Ezeiza: revelan los químicos que había dentro del depósito donde comenzó el incendio

El Polo Industrial Spegazzini quedó marcado por una noche de explosiones, llamaradas y nubes tóxicas visibles incluso desde el aire. El incendio comenzó dentro de un depósito de la empresa Logischem S.A., especializada en sustancias peligrosas, y se propagó a compañías vecinas, generando pánico en Ezeiza y Cañuelas.

La fiscalía a cargo de Florencia Belloc, con la secretaría de Federico Ricart, confirmó que en el lugar había una amplia variedad de químicos altamente inflamables, reactivos y tóxicos, elementos que habrían amplificado la magnitud del siniestro. Entre los predios afectados se identificaron instalaciones de Iron Mountain, Larroca Minera, Aditivos Alimentarios, Almacén de Frío y Sinteplast, aunque esta última no sufrió daños directos.

Dentro del primer galpón —un espacio de 1500 m² destinado a inflamables— se encontraron grandes contenedores IBC, tambores de 200 litros y garrafas de butano para mecheros portátiles. Ese material representa un riesgo severo de incendio y explosión, especialmente en presencia de calor o chispas.

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Un segundo galpón, de 2000 m², contenía sustancias aún más peligrosas. Según los investigadores, allí había oxidantes como hidrosulfito de sodio y aluminio metálico —ambos reaccionan violentamente con el agua—, además de productos corrosivos y tóxicos. Se identificaron 30 garrafas de 50 kilos de bromuro de metilo al 100%, uno de los químicos más peligrosos del inventario.

El relevamiento incluyó otros compuestos extremadamente reactivos: fósforo sólido, que puede encenderse de forma espontánea; aluminio en polvo, capaz de liberar hidrógeno explosivo al contacto con el agua; y cianuro, letal incluso en pequeñas cantidades. En las últimas horas, el encargado de fabricación de Logischem informó que en los depósitos también se almacenaban 25.000 kilos de fósforo rojo y 16.000 kilos de aluminio en polvo.

Con este panorama químico, no sorprende la velocidad con la que el fuego se expandió. La investigación técnica ya está en marcha para determinar el origen de la explosión y evaluar responsabilidades. Los peritos examinarán huellas térmicas, patrones de daño, puntos de ignición y posibles acelerantes, además de analizar imágenes de cámaras de seguridad y testimonios.

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La prioridad es establecer si el siniestro fue accidental, un acto intencional o el resultado de un error humano. Lo único confirmado hasta ahora es el impacto: al menos 25 personas heridas y la destrucción total de varios depósitos.

Según los primeros relatos de trabajadores de la zona, la explosión inicial habría ocurrido alrededor de las 21, desencadenando un incendio que avanzó con rapidez. No obstante, los investigadores señalaron que esa versión aún no cuenta con respaldo técnico y será evaluada dentro del proceso pericial.

El caso promete avanzar con múltiples líneas de análisis debido a la magnitud del siniestro y al tipo de materiales involucrados. Mientras tanto, el predio permanece bajo estrictas medidas de seguridad a la espera de resultados oficiales.