Una nube de polvo patagónico sorprendió al AMBA y redujo la visibilidad en plena tarde porteña
Actualidad19/11/2025
Sergio Bustos
La nube de polvo llegó a Buenos Aires.
Buenos Aires vivió este martes una postal inusual: el cielo perdió su transparencia habitual y la luz comenzó a filtrarse con un tono apagado, como si una fina pantalla se hubiera interpuesto entre el sol y la ciudad. La particularidad no estuvo en la humedad ni en una neblina temprana, sino en polvo en suspensión proveniente de la Patagonia, un fenómeno que de inmediato llamó la atención de meteorólogos, automovilistas y peatones.
La situación se activó tras el temporal histórico que afectó al sur del país, donde ráfagas superiores a 150 km/h levantaron grandes cantidades de tierra y material suelto. Con el sistema de baja presión desplazándose hacia el Atlántico, los vientos del sudoeste se mantuvieron fuertes y persistentes, generando el corredor perfecto para transportar el polvo a lo largo de cientos de kilómetros.
Desde primeras horas del día, estaciones meteorológicas del sur y centro bonaerense comenzaron a registrar la presencia de partículas en suspensión con visibilidad reducida. Para el mediodía, el fenómeno ya había avanzado sobre la región metropolitana. A partir de las 13, los reportes oficiales confirmaron la situación en distintos puntos del AMBA, con visibilidad horizontal reducida a 5 km en localidades del conurbano.
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Menem ordena la devolución inmediata de despachos y equipos: quien no cumpla perderá su última dietaEl efecto se hizo notar en la Ciudad de Buenos Aires, donde el horizonte tomó un matiz blanquecino y la luz solar se volvió más tenue. En redes sociales se multiplicaron las fotos de un cielo atípico para noviembre, con tonos grisáceos y un ambiente similar al que se vive ante la llegada de humo o ceniza volcánica.
Los especialistas explican que este tipo de episodios, si bien poco frecuentes, se producen cuando coinciden tres condiciones clave: temporal severo en la Patagonia, suelos secos y vientos intensos hacia el norte. La combinación de estos factores generó la nube de polvo que atravesó gran parte del país durante la jornada.
Lejos de representar un riesgo grave, el fenómeno puede generar leve irritación ocular o molestias en personas sensibles, aunque sus efectos son temporales y disminuyen a medida que el polvo se deposita o cambia la circulación del viento.
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Los meteorólogos anticipan que el polvo podría persistir durante algunas horas más, especialmente hasta que disminuya la intensidad del viento y se estabilicen las capas bajas de la atmósfera. Además, no descartan que este tipo de partículas favorezcan un atardecer más rojizo e intenso, como suele ocurrir cuando hay materiales en suspensión que filtran selectivamente la luz solar.
El episodio dejó una escena inesperada para la ciudad y recordó cómo los fenómenos remotos pueden impactar a cientos de kilómetros cuando la dinámica atmosférica se alinea para ello.
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