Argentina ya registra más de 13.000 casos de tuberculosis con un avance sostenido de la enfermedad

El nuevo informe del Boletín Epidemiológico Nacional confirmó un crecimiento sostenido de los casos de tuberculosis en la Argentina, un fenómeno que supera los registros previos y refuerza la preocupación por el avance de una enfermedad que se transmite por vía aérea y afecta sobre todo a los pulmones. La curva ascendente mantiene continuidad desde 2020 y no muestra señales de retroceso en el corto plazo.

Los datos oficiales señalan que en lo que va de 2025 se notificaron 13.794 casos, con una proporción elevada de pacientes considerados incidentes. Según el reporte, el 94,6% corresponde a diagnósticos nuevos, recaídas o situaciones sin clasificación inicial, una tendencia que subraya la necesidad de fortalecer los mecanismos de detección en todas las jurisdicciones. La comparación interanual marca un incremento del 3,6% respecto a 2024.

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La región centro concentra la mayor parte del incremento. Provincias con fuerte presencia urbana, como Santa Fe y Buenos Aires, mostraron subas marcadas. Santa Fe informó un aumento superior al 25%, mientras que Buenos Aires llegó al 9% y CABA alcanzó el 8,10%. Esta distribución territorial revela que el peso demográfico y la densidad poblacional influyen en la transmisión, aunque no explican la totalidad del fenómeno.

El Noroeste también presentó un aumento, aunque más moderado. Catamarca, Tucumán, La Rioja y Salta aportaron la mayor parte del crecimiento regional. En contraste, otras zonas del país registraron descensos, con el Sur como el área de mayor reducción. Ese comportamiento heterogéneo refleja dinámicas locales distintas y la importancia de contar con sistemas de vigilancia sensibles y actualizados.

Ante este escenario, el Ministerio de Salud de la Nación informó que se refuerzan las estrategias de prevención, diagnóstico y tratamiento con el objetivo de garantizar una respuesta sanitaria que llegue a todas las provincias. Las líneas de acción se enfocan en la ampliación del diagnóstico molecular, la mejora de los sistemas de información y la asistencia a casos complejos, además de la continuidad del tratamiento para evitar abandonos.

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Una de las medidas centrales es la expansión de la red de equipos GeneXpert, utilizada para el diagnóstico rápido, junto con la provisión nominalizada de medicación para formas resistentes. También se destaca la búsqueda activa en grupos vulnerables, una herramienta clave para detectar contagios en etapas tempranas y sostener los vínculos de cuidado. Este enfoque permite acortar tiempos, mejorar la precisión y reducir riesgos de transmisión.

En paralelo, el Ministerio impulsó la creación de la Red Nacional de Referentes Pediátricos en Tuberculosis, destinada a mejorar el seguimiento de los casos en población infantil y adolescente. La articulación entre equipos clínicos y áreas programáticas permite acceder a diagnósticos oportunos y garantizar continuidad de atención en edades donde la vulnerabilidad es mayor, según sostiene el informe técnico.

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Otra línea de trabajo se apoya en la vinculación con la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles para mejorar los registros de vacunación con BCG en niños expuestos. Ese cruce de información apunta a un seguimiento más completo y permite orientar acciones de prevención de manera precisa. Contar con datos actualizados es fundamental para sostener políticas públicas de impacto real, remarcan desde la cartera sanitaria.

La tuberculosis continúa presente como un problema de salud pública que requiere vigilancia constante y políticas de largo plazo. Los números de este año ratifican la necesidad de sostener la detección temprana y reforzar el trabajo territorial, especialmente en zonas de mayor incidencia. El desafío sanitario se apoya en la capacidad del sistema público para acompañar diagnósticos, tratamientos y cuidados sin interrupciones, una condición decisiva para reducir el avance de la enfermedad.

Fuente: NA