Cómo prevenir el agotamiento mental de fin de año con hábitos que ayudan a reducir la tensión diaria

Actualidad24/11/2025REDACCIÓNREDACCIÓN
Agotamiento mental
Agotamiento mental

El cierre del año suele coincidir con una combinación de exigencias que intensifican el cansancio físico y mental. El riesgo de agotamiento aumenta cuando se superponen tareas laborales, demandas personales y evaluaciones sobre lo realizado, un escenario que especialistas vinculan con el incremento de síntomas propios del síndrome de Burnout. Las últimas semanas concentran balances, objetivos pendientes y compromisos familiares que pueden desbordar incluso a quienes intentan mantener rutinas estables.

De acuerdo con informes consultados por distintos profesionales, noviembre y diciembre se convierten en un período de revisión interna que, lejos de funcionar como una instancia de orden, termina generando tensión cuando la exigencia avanza más rápido que la capacidad de descanso. Esa mezcla deriva en frustración, autocríticas y un estado de alerta permanente que dificulta la recuperación emocional y altera la vida cotidiana, incluso en personas acostumbradas a ritmos intensos.


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La psicóloga Liliana Acuña, profesional de Boreal Salud, señala que la acumulación de responsabilidades impacta de manera directa en el bienestar. “La fatiga mental y física es una señal de alarma que no debe minimizarse”, afirma, y describe síntomas que van desde irritabilidad hasta dificultades para concentrarse, además de insomnio, dolores musculares y pérdida de energía. La especialista indica que estos signos se vuelven más visibles cuando las pausas desaparecen y las jornadas avanzan sin espacio para el descanso real.

Acuña explica que el desgaste emocional surge cuando las personas intentan sostener ritmos que superan su capacidad de recuperación. “Cuando la persona se exige sin pausas ni descanso, se afecta el equilibrio emocional”, sostiene, y remarca que el cuerpo empieza a manifestar aquello que la mente no procesa. La presión acumulada intensifica la sensación de agotamiento y dificulta el disfrute de los avances logrados durante el año.


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Frente a este escenario, distintos equipos de salud recomiendan incorporar acciones cotidianas que ayuden a reducir la tensión y recuperar energías. Según estos profesionales, la clave no está solo en disminuir el ritmo, sino en sumar hábitos que fortalezcan la estabilidad emocional y permitan gestionar el estrés con estrategias simples y sostenibles, especialmente durante las semanas previas al receso de verano.

Entre las prácticas más sugeridas aparecen las actividades de respiración consciente, la organización clara de prioridades, los momentos dedicados a experiencias placenteras y los límites saludables frente a demandas externas. También se destacan los vínculos de apoyo, la revisión de pensamientos negativos, la posibilidad de pedir acompañamiento y la importancia de rutinas estables de descanso y alimentación, junto con un sueño reparador que permita recuperar energía.


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Los especialistas insisten en la necesidad de atender la salud mental del mismo modo que se cuidan otros aspectos del bienestar cotidiano. Un manejo adecuado de los tiempos y una relación más amigable con las obligaciones reducen el impacto del estrés acumulado, algo que resulta fundamental en esta época del año, cuando la agenda suele avanzar más rápido que la capacidad de organización.

En este contexto, los profesionales remarcan que la psicoterapia puede aportar herramientas claras para ordenar prioridades, fortalecer la autoestima y mejorar la gestión del estrés. El trabajo con un especialista facilita la elaboración de objetivos más realistas y la construcción de estrategias para afrontar períodos de alta demanda, una necesidad que se vuelve evidente en las últimas semanas del año.


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El reconocimiento temprano de los signos de agotamiento y la decisión de modificar rutinas permiten atravesar el cierre del año con mayor estabilidad. Cuidar la salud mental no solo mejora la calidad de vida, sino que habilita un rendimiento más equilibrado, algo esencial para evitar que el cansancio se transforme en un problema persistente que continúe durante el verano.

Fuente: NA.

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