PARA CRECER, LA PATAGONIA DEBE RECUPERAR BENEFICIOS PERDIDOS

En el marco de la erosión que sufren los ingresos de las arcas provinciales, las empresas y los c...

Actualidad 16 de mayo de 2021 Roxana Etcheverry

En el marco de la erosión que sufren los ingresos de las arcas provinciales, las empresas y los ciudadanos por la pandemia, recobra razonabilidad y justicia el pedido desde la Patagonia en pos de que el Gobierno nacional restablezca el diferencial sobre los combustibles, un beneficio que la Región fue perdiendo a lo largo de los años, por desidia de la dirigencia de nuestras provincias.




No creemos faltar a la verdad si afirmamos que todos los años se presenta en el Congreso de la Nación, tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores, algún proyecto en este sentido. Tampoco cuando señalamos que todos ellos, sin excepción, terminan durmiendo el sueño de los justos en algún cajón olvidado del Congreso.

En ese marco se inscriben los últimos proyectos presentados por legisladores nacionales de Santa Cruz, Río Negro, Neuquén y Chubut, que se suman a los pedidos elevados de manera individual a la Casa Rosada por varios gobernadores y entidades del sector privado.

En las provincias patagónicas, el diferencial en el costo de los combustibles, además de ser un beneficio que impactaba directamente en sus habitantes, no existe empresario, comerciante o industrial, que desconozca que el diferencial en los combustibles es un incentivo clave para el desarrollo de la economía local, para fomentar la competitividad de las empresas, aumentar los niveles de exportación y crear nuevos puestos de trabajo.

Haciendo memoria


Hasta el año 2001, hace 20 años, teníamos un menor costo en las naftas del orden del 42 al 45% con la ciudad de Buenos Aires. Hoy el gas oil es más barato en Buenos Aires que en Comodoro Rivadavia, la capital del Petróleo.

La historia también nos recuerda que en los 2000 solo tenían beneficios en combustibles, las provincias de Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Posteriormente y gracias a un manejo político inteligente de los entonces senadores Miguel Ángel Pichetto de Rio Negro y Guillermo Pereyra de Neuquén, se logró que por ley se incorporen esas provincias y también La Pampa.

Fue, creemos, una de las últimas veces que desde la Patagonia la dirigencia política implementó criterios conjuntos que redundaron en beneficio de todos los que habitamos estas tierras difíciles y hermosas. Lamentablemente, en los años posteriores los intereses localistas o personales dictaron el accionar de nuestros representantes ante la Nación, y es así como se multiplicaron proyectos individuales que, amén de no prosperar, no representaban el sentido real de los beneficios reclamados.

Hace pocos días el exgobernador y actual senador nacional por Río Negro, Alberto Weretilneck, presentó en el Senado un proyecto de ley para que los usuarios patagónicos queden eximidos de pagar impuestos por el uso de combustibles líquidos o gaseosos, compensación impositiva que fue prácticamente eliminada a fines de 2017, mediante de la reforma tributaria llevada adelante por la administración de Mauricio Macri.

El proyecto de Weretilneck consiste en reponer en toda la zona la exención del Impuesto sobre los combustibles líquidos (ICL) en los términos establecidos mediante la ley 27.209 del año 2015. Lejos de nuestra intención criticar el proyecto del senador Weretilneck, que se trata sin duda -como él mismo lo afirma- de “una reivindicación para los patagónicos no solo porque en esta región se produce el petróleo y el gas, sino también por lo caro que significa vivir y producir en estas provincias”.

Pero según la estimación del mismo Weretilneck, “para un litro de nafta el impuesto significa alrededor de $19,50; para el gasoil común $12 y para otro tipo de combustible unos $10”.

Está claro entonces que el proyecto rionegrino, si bien ayuda a la economía patagónica, no es determinante en el sentido que lo era la Ley original que nos beneficiaba con el 50% del valor total de los combustibles.
El tema -por su importancia- debería movilizar al conjunto de la sociedad, para recuperar un beneficio que como provincias petroleras teníamos y que hemos perdido.

Pero la realidad demuestra que no lo conseguiremos con acciones aisladas que, aunque demuestran buenas intenciones, lo único que logran es la aparición ocasional en los medios periodísticos zonales del diputado o senador en cuestión.

Hace unas semanas en la Legislatura provincial de Chubut se aprobó una declaración para llevar desde el Parlamento Patagónico un reclamo conjunto al Congreso Nacional para que se restablezcan en la región esos valores diferenciales para la venta de combustibles líquidos a un precio equivalente al 50 por ciento del valor final vigente en la CABA, tal como existió a lo largo de la década de los 90.

En la argumentación para el tratamiento de la declaración, la diputada Xenia Gabella afirmó que el Parlamento Patagónico sirve para la “identificación de problemas comunes a toda la región”, por lo que “si intentamos resolverlos entre todos, podríamos estar en otras condiciones”.
Coincidimos plenamente con este planteo. Lo que se requiere es una estrategia vinculada de los senadores y diputados nacionales de todas las provincias patagónicas con proyectos conjuntos, no con iniciativas individuales.

Actuando en bloque, y sumados a los gobiernos provinciales y a los protagonistas de la sociedad civil, que deben ser los motores de este tipo de iniciativas. Así, estas medidas, sumadas a otras, serán el comienzo de un cambio virtuoso en la actividad productiva, la economía y la creación de trabajo en la Patagonia Austral.

   

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