Cataluña sacrificará 30 mil en faena por peste porcina africana
La decisión del gobierno regional de Cataluña de enviar 30.000 cerdos sanos a un matadero designado abrió una nueva etapa en el manejo del brote de peste porcina africana detectado en jabalíes cerca de Barcelona. La medida surgió de un acuerdo con productores locales y se aplicará exclusivamente dentro del perímetro de vigilancia que las autoridades definieron para contener eventuales contagios en criaderos comerciales. La intervención se concentrará en un radio de monitoreo que abarca distintas explotaciones ganaderas.
El procedimiento incluye a 39 granjas situadas dentro de los 20 kilómetros de observación que establecieron los equipos sanitarios tras la confirmación de los primeros casos en fauna silvestre. Las autoridades remarcaron que el objetivo es reducir riesgos y sostener la actividad productiva en un contexto en el que los controles deben mantenerse activos para evitar que el virus llegue a los establecimientos dedicados a la cría intensiva.
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Según publicaron medios españoles, los animales seleccionados dieron negativo en los análisis virológicos y cumplirán con la faena en un establecimiento determinado por el gobierno regional. La carne, explicaron voceros oficiales, se destinará solo al consumo interno, una decisión que busca mantener ordenadas las variables sanitarias relacionadas con exportaciones y traslados a otras zonas del país.
El acuerdo se produjo mientras el sector enfrenta una caída del precio del cerdo y un escenario económico que afecta a muchas explotaciones familiares. Los productores señalaron que la medida permite avanzar en una salida que reduzca tensiones y evite que el exceso de oferta en la zona de vigilancia complique aún más la situación de las granjas que dependen de la rotación constante de animales para su funcionamiento diario.
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Desde la administración catalana destacaron que seguirán activas todas las instancias de control epidemiológico que se aplican ante episodios de peste porcina africana. La vigilancia sobre movimientos, la revisión de protocolos internos y la aplicación de normas de bioseguridad continuarán como factores esenciales para limitar eventuales pérdidas económicas en el ámbito rural.
La peste porcina africana no se transmite a las personas y no implica riesgos para la salud humana, algo que las autoridades reiteraron para despejar dudas entre consumidores y productores. Sin embargo, su presencia en animales silvestres implica una amenaza para el ganado doméstico, por lo que las medidas se enfocan en evitar que el virus ingrese a los criaderos bajo control oficial.
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La intervención en Cataluña se suma a una serie de acciones que habitualmente implementan distintos países europeos cuando detectan circulación del virus en jabalíes. Las tareas incluyen monitoreo constante, restricciones de movilización y estrategias preventivas que buscan mantener estable la producción sin interrumpir el suministro de carne en el mercado interno.
Mientras se organiza el operativo de traslado de los 30.000 cerdos, técnicos y productores mantienen reuniones para ajustar detalles y garantizar que los movimientos se realicen bajo condiciones seguras. La meta es reducir riesgos sanitarios y evitar que el brote genere consecuencias mayores en un sector que concentra una parte importante de la actividad agroalimentaria de Cataluña.
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