Colombia rechaza la normalización de ataques de Estados Unidos en el caribe
Actualidad06/12/2025
REDACCIÓN
Canciller Rosa Villavicencio
La canciller de Colombia, Yolanda Villavicencio, expresó un firme rechazo a los recientes ataques ejecutados por Estados Unidos en aguas del mar Caribe, una serie de operaciones extraterritoriales que, según denunció, se están normalizando sin consentimiento regional. La funcionaria advirtió que estas acciones ya provocaron más de 80 muertes y representan una amenaza directa al orden jurídico internacional.
Villavicencio sostuvo que ningún país puede realizar intervenciones armadas en territorio ajeno sin consentimiento expreso, un principio que —remarcó— constituye el corazón de la Carta de las Naciones Unidas. “Ignorar estas obligaciones debilita las bases mismas del sistema internacional”, señaló en un comunicado que apuntó tanto a la soberanía como a la estabilidad de la región.
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Para la diplomacia colombiana, la situación adquiere mayor gravedad por el escenario donde se desarrolla: Latinoamérica y el Caribe, históricamente promovidos como zona de paz. La canciller enfatizó que las operaciones armadas estadounidenses erosionan ese marco, abren un precedente riesgoso y tensan la convivencia hemisférica. Afirmó que no se trata de formalidades diplomáticas sino de normas vinculantes que todos los Estados deben respetar.
El Gobierno colombiano recordó además que viene enfrentando el narcotráfico bajo un enfoque integral que articula dimensiones sociales, económicas y ambientales. Villavicencio subrayó que Colombia ha cooperado con la comunidad internacional y asumido altos costos humanos y materiales en esa lucha. “Nada de ello puede justificar amenazas ni acciones que contravengan el derecho internacional”, sostuvo.
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Mientras tanto, se confirmó un nuevo ataque estadounidense con un misil contra una embarcación presuntamente cargada con cocaína, que dejó cuatro muertos. Washington defiende estas acciones como parte de su nueva política antidrogas, iniciada en septiembre y cuestionada por varios países por considerarlas desproporcionadas e ilegales. El episodio profundiza la preocupación regional sobre el alcance y la legalidad de este tipo de intervenciones.
Colombia dejó así un mensaje contundente al hemisferio: la seguridad regional no puede construirse al margen del derecho internacional ni mediante operaciones que tensan los principios fundacionales de la convivencia pacífica.
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