Netflix pone US$ 72.000 millones por Warner y HBO Max y abre una pelea regulatoria global
Actualidad07/12/2025
Sergio Bustos
Netflix de compras.
Netflix anunció que llegó a un acuerdo con Warner Bros Discovery para comprar el legendario estudio de cine y televisión y quedarse también con el negocio de streaming, incluido HBO Max, por un total de US$ 72.000 millones. El sacudón se sintió en Hollywood y reordenó el tablero de la pelea por el control del entretenimiento.
El entendimiento no se ejecuta de manera inmediata. Warner Bros Discovery mantiene su plan de dividirse en dos compañías que coticen por separado en 2026. Una parte reunirá estudios y streaming; la otra, bajo el nombre Discovery Global, concentrará señales de cable, entre ellas CNN. Sobre ese esquema, Netflix apunta a comprar la pata de estudios y streaming cuando se concrete la separación.
El acuerdo, tal como se lo plantea, no esquiva el mayor obstáculo: la regulación. La operación deberá pasar por revisiones intensas en Estados Unidos y en otros mercados, con mirada antimonopolio y el foco puesto en qué pasa cuando se juntan dos pesos pesados del streaming.
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En la industria lo leen como un golpe al corazón de una rivalidad que marcó años. Un analista de Bank of America lo resumió con una frase que se replicó fuerte en los últimos días: “Si Netflix adquiere Warner Bros., la guerra del streaming prácticamente termina”. La idea detrás de esa mirada es directa: con HBO bajo el mismo techo, Netflix quedaría con una biblioteca y una capacidad de producción difíciles de igualar.
La trama venía con otros actores en carrera. Durante semanas, Paramount aparecía como favorito en la compulsa por Warner Bros Discovery y buscaba quedarse con todo el paquete, incluidos activos de cable. En paralelo, también se mencionó a Comcast como interesado.
Netflix, sin embargo, sorprendió por la agresividad de sus propuestas y por aceptar condiciones pesadas para cerrar. Entre ellas, una comisión de ruptura: si el acuerdo se cae, el comprador debe pagar miles de millones de dólares, un costo que funciona como señal de seriedad pero también como riesgo financiero si la política o la justicia traban el cierre.
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El punto que más ruido mete es la revisión del gobierno de Estados Unidos. La administración de Donald Trump, según se plantea en el debate público, mirará la operación con lupa y algunos analistas ya imaginan una disputa política y legal. La consolidación de poder en el negocio audiovisual vuelve a instalar una pregunta vieja: cuánto margen queda para la competencia real, los precios al público y la diversidad de ofertas.
En ese clima, también aparecieron advertencias desde sectores políticos. El senador Mike Lee apuntó contra la posible concentración y sostuvo que el movimiento debería alarmar a autoridades antimonopolio de todo el mundo, con dudas fuertes sobre el impacto en la competencia.
Mientras tanto, la historia no queda cerrada por completo. Paramount y Comcast aún podrían insistir con alternativas o intentos de negociación, sobre todo si el frente regulatorio se endurece y pone en pausa el acuerdo. La novela sigue abierta, con un dato que ordena todo: Netflix ya dio el paso y ahora el resto del sistema decide si lo deja avanzar.
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